El estrés. Todos hemos oído hablar de él. Tal vez no
sabemos muy bien qué es exactamente, pero tenemos claro que no nos hace bien…
¿O sí? ¿Acaso el estrés también tiene su parte buena? A continuación os
explicaré de qué forma el estrés nos ayuda, lo que no quiere decir que deje de
dañarnos si lo gestionamos mal.
Por ello, es importante adquirir estrategias adecuadas
para su afrontamiento, ¿no creéis? De esta manera podremos beneficiarnos de la
ayuda extra sin peligro de herirnos con su filo. ¿Cómo podemos hacer esto? Para
ello existe una técnica psicológica, la inoculación al estrés… ¡Continúa
leyendo y descubre cómo nos ayuda a manejarlo!
¿Qué es el estrés?
El estrés es un proceso psicofisiológico. Se inicia
cuando aparece una demanda que pone a prueba nuestros recursos. Cuando la
percibimos como tal se activan una serie de mecanismos en nuestro cuerpo que
nos permiten recoger más y mejor información. Pero no solo eso, también va a
hacer que la procesemos e interpretemos de forma más rápida y eficiente.
Así, podemos encontrar la respuesta adecuada a la demanda
que se nos había planteado. ¿Esto qué nos dice? Que, de primeras, el estrés nos
ayuda a superar los contratiempos que surgen a nuestro alrededor.
Entonces, ¿cuándo aparecen los problemas de los que todos
hemos oído hablar respecto al estrés? Cuando el estrés se mantiene en el
tiempo. De hecho, la respuesta general al estrés se compone de tres fases.
La primera es la de alarma: nuestro organismo que se
activa en gran medida cuando aparecen condiciones a las que no sabe cómo
responder. La segunda sería la de resistencia. Esto sucede cuando las
situaciones que generan el estrés se mantienen en el tiempo. Entonces nuestro
organismo mantiene una alta activación, pero no tan grande como la de la fase
de alarma, ya que no es posible.
Si se siguen manteniendo esas condiciones estresoras,
llegamos a la última fase, que es la de agotamiento. Aquí aparecen los
problemas. El organismo se agota por la falta de reservas para mantener esos
niveles de activación.
Para entenderlo mejor veamos el siguiente ejemplo. Si
alguien nos pidiera que sujetáramos un vaso de agua con el brazo extendido todos
podríamos hacerlo, ¿verdad? Pero si esto se alargara en el tiempo, ¿qué
pasaría? Que nuestro brazo se agotaría… Así, con un estímulo estresante que se
mantiene en el tiempo pasa lo mismo.
¿Qué es la inoculación al estrés?
Ahora que comprendemos mejor qué es el estrés y cómo
funciona, vamos a ver qué podemos hacer para manejarlo de forma adecuada. La
inoculación al estrés es una técnica psicológica que nos va a ayudar con ello.
El quid de la cuestión está en conseguir los beneficios del estrés sin que se
mantenga de forma alargada en el tiempo, ya que es entonces cuando aparecen los
efectos más negativos para nosotros.
¿En qué consiste la inoculación al estrés? Es un
entrenamiento que se lleva a cabo en unas 10 sesiones en las que vamos a
aprender a desarrollar un plan de actuación ante el estrés. Lo primero que
tenemos que hacer es identificar las causas que nos generen estrés. Después
planificaremos lo que vamos a hacer para desactivarla.
En este paso tendremos que tener en cuenta qué
complicaciones pueden surgir para buscar alternativas a la respuesta de huída.
Una vez que lo hemos llevado a cabo, tendremos que reforzarnos si lo hemos
hecho bien o re-evaluar las situación en el caso de que el estrés persista. Lo
aconsejable es que la evaluación no la hagamos de manera inmediata. Hecha la
evaluación nos entrenaremos de nuevo y volveremos a exponernos a la situación.
¿Cómo se consigue esto? Para ello, la inoculación al
estrés se compone de una serie de fases. La primera es educativa, en la que se
explica qué es el estrés y qué es lo que supone. En la segunda se exponen y se
desarrollan estrategias de afrontamiento frente al estrés, como la relajación.
Va a ser la fase más larga, pero es muy importante que se haga bien. Por último
nos queda el paso de trasladar todo lo aprendido a la vida real.
La inoculación al estrés es una técnica que goza de una
amplia aceptación. Se ha demostrado su efectividad a lo largo de los años en
numerosos estudios. Por ello, es una herramienta psicológica interesante para
tener en cuenta en épocas de mucho estrés.
Este articulo fue realizado gracias a lamenteesmaravillosa.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Comentarios
Publicar un comentario