No inviertas tu vida en quien no tiene intenciones de formar parte de ella


A lo largo de nuestras vidas nos cruzamos con muchas personas que forman parte de nuestro entorno, algunas de ellas solo pasan de forma transitoria, mientras otras toman lugares realmente importantes en nuestros corazones y decidimos invertir gran parte de nuestras vidas en ellas.
Eso está perfecto, el problema florece cuando esas personas a quienes hemos decidido dar papel protagónico en nuestras vidas, toman con ligereza nuestro esfuerzo e inclusive nuestra existencia. En estos casos, lo mejor es redirigir nuestra energía, principalmente hacia nosotros mismos y posteriormente a otra persona que tenga la intención de retribuir nuestros sentimientos y nuestra atención de una forma más recíproca.

Si bien es cierto que debemos dar sin esperar nada a cambio, es más sano para nosotros cuando lo que damos lo recibimos de alguna buena forma de vuelta, nos sentimos queridos, amados, considerados por las personas que forman, por elección, parte de nuestras vidas.
La importancia de sentirnos amados
Una de las bases de nuestra existencia es amar y ser amados, cuando solo ocurre que amamos y ese amor no es correspondido, sentimos un vacío en nuestro corazón, pudiéndonos inclusive llegar a sentirnos poco merecedores de afecto.
El hecho de sentirnos amados, le da un sentido más a nuestra vida, nos hace identificarnos con la otra persona y hacer de dos vidas independientes, una unión de plenitud para ambas partes.

"No te merece quien, con su indiferencia, te hace sentir invisible y ausente, sino quien, con su atención, te hace sentir importante y presente.

No te merece quien te ilusiona con lo que dice y luego te desilusiona con lo que hace, sino aquel que “dice” menos y “hace” más…

No te merece quien solo te busca cuando te necesita, sino quien siempre está a tu lado cuando sabe que lo necesitas.

No te merece quien te hace estar triste y llorar, sino aquel que te alegra y hace sonreír…"

Cerrando Ciclos
Cuando percibimos desamor, desatención, indiferencia o sencillamente que lo que damos no tiene relación con lo que recibimos, muchas veces la mejor alternativa es cerrar ciclos, para ello es importante reconocer algunas cosas:


Nuestro valor: Todos tenemos un valor innato que nos hace importantes, únicos y especiales y aunque teóricamente no es necesario que otra persona reconozca nuestro valor, esto resulta importante para sentirnos conectados.


Cerrar ciclos, nos permite abrir nuevos: Mientras invertimos nuestra vida en alguien que no está dispuesto a formar parte de ella, seguramente estamos perdiendo la oportunidad de cruzarnos con esa persona que sí lo desee, que sí sea importante, que probablemente nos dé la oportunidad de sentirnos mejor queridos.

Estar con alguien que no corresponde nuestro amor nos resta: efectivamente, estar con quien no está dispuesto a amarnos como merecemos, nos va quitando muchas cosas, entre ellas nuestra autoestima, nuestra confianza, nuestro respeto, nos hace acostumbrarnos a recibir esas migajas de cariño, atención e interés.
Una vez comprendido esto y a sabiendas de que una de las peores situaciones por las que podemos pasar es amar sin ser correspondidos, debemos tomar como recurso el amor propio y hacer acto de fe en que nos merecemos a alguien que forme parte de nuestra vida de forma activa, amándonos, respetándonos, ayudándonos a crecer a fuerza de cariño y de participación, no por antimodelos. Nuestra vida es muy corta para invertirla en quien no la valora y no tiene intenciones de formar parte de ella.


Este articulo fue realizado gracias a viajesdelcorazon.net Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.

Comentarios