Siempre estamos corriendo y escondiéndonos de cualquier
cosa y todo lo que no es gozoso y maravilloso, y creo que de eso proviene gran
parte de nuestro dolor. Luchamos para dejarlo ir porque hacerlo no es
exactamente agradable. No podemos seguir adelante porque no es lo que nos hace
felices en ese momento, a pesar de que sabemos lo que tenemos que hacer a largo
plazo. No tratando de hacerlo "mejor" o justificarlo, sino
simplemente dejarlo ser.
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IMAGEN: EVIAAN ART |
Correr de la tristeza es lo que te agotará, sin sentirlo.
Porque vendrá y se irá a través de tu vida entera. Tienes que aprender a montar
la ola, dejar que se levante sobre ti y dejarla ir. Es el movimiento constante
de las cosas, es la realidad en la que vives, y es lo que tienes que aceptar
para vivir una vida feliz. Depende de nosotros el dejar que nos consuma. Ver la
ola y asumir que nos llevará hacia abajo y dejar que haga precisamente eso.
Pero si hemos aprendido algo de la vida es que nada dura, ni siquiera nuestra
tristeza, y empujarlo de alguna manera lo hace más fuerte.
Y si me preguntas, hay algo hermoso en tener algo triste en
tu vida, significa que te preocupaste y amabas algo o alguien. Significa que
eres un ser humano y has vivido, que no te has quedado estancada y has visto
pasar al mundo. Te has metido en el fondo de las cosas, e incluso si saliste mal,
lo experimentaste. Así que todo sea experiencia. Nada es inherentemente bueno o
malo hasta que decidimos que lo es. Algunas de las historias más contadas son
las que no terminan bien, las que son hermosas porque alguien lo puso todo en
la línea, fue valiente y vulnerable y se sometió a la condición humana. Si esa
es tu historia, es hora de dejar de correr y empezar a tomar orgullo en el
hecho de que fueras lo suficientemente fuerte como para dejar ir la tristeza.
Escrito por Paola Céspedes de Hoy Aprendí.
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