Dejemos de hablar de dinero, bienes materiales y nuestras
posesiones sin sentido. Vamos a dejar de hablar de las fiestas a las que fuimos
durante el fin de semana y lo completamente desperdiciados que todos nos
sentimos. Dejemos de medicarnos con drogas, alcohol, comida y televisión.
Dejemos de hacer pequeñas charlas sobre el tiempo y lo maravilloso que es que
no llueva. Dejemos de escuchar canciones tristes solos en nuestras habitaciones
y perdiéndonos en nuestras persistentes narrativas negativas.
Dejemos de
retirarnos cuando las cosas nos asustan porque no queremos correr el riesgo de
ser vulnerables. Dejemos de sabotear el potencial de una vida mejor y
relaciones saludables. Vamos a dejar de sentir lástima por nosotros mismos, y
poner cada onza de nuestra energía en el pasado que se ha ido. Dejemos de
odiarnos a nosotros mismos y ser demasiado críticos de cada error que
cometemos. Dejemos de sentir que no somos lo suficientemente buenos para la
felicidad.
IMAGEN: MAGIC4WALLS |
Quiero hablar de mi niñez, y más que nada quiero escuchar sobre tu infancia. Quiero hablar de arrepentimiento y vergüenza y esos momentos vergonzosos de los que todos prometemos no hablar jamás. Quiero hablar del trauma. No sólo mi trauma, sino también el trauma que está cosido en las mismas fibras de nuestra cultura que rasga en las vidas de cada uno que vive en ella. Quiero conocer a mis amigos, y no sólo cual es su bebida favorita o su color favorito. Quiero saber qué los hace llorar cuando se encuentran en la desesperación y quiero saber lo que los hace felices. Quiero hablar sobre las estrellas y cómo podemos llegar allí. Quiero hablar sobre la pérdida y quiero que lloremos juntos. Quiero arrancar esta cortina de humo superficial que nos impide vivir la vida. Más que nada me muero por lanzar todas mis cartas sobre la mesa y ver qué pasa.
¿Qué pasa si dejamos de hablar de las cosas que no importan
y en cambio nos centramos en las cosas que si importan? ¿Qué pasa si nos
despertamos todos los días con la esperanza de mejorarnos y hacer cambios? Tal
vez podríamos cambiar el mundo si sólo tomamos una decisión concertada para
intentarlo. ¿Cómo sabremos si no lo intentamos? No lo sé, pero quiero
desesperadamente intentarlo. Quiero más que esto de la vida.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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