Es extraño cómo pensamos que podemos encontrarnos. Como si
la esencia de nuestros seres pudiera encajar en palabras de lenguas familiares.
Como si pudiera pertenecer a un color identificable y perceptible. Como si
pudiera ser cantada en una canción de sílabas audibles. La verdad es que somos
tan vastos como nuestro potencial inexplorado, tan grande como el sol y las
estrellas, y tan salvaje como el espíritu universal de la vida.
IMAGEN: BWALLES |
Nuestra verdadera naturaleza no es algo que pueda domarse,
sólo se puede entender. Tal vez nuestro viaje no se trata de encontrarnos. Tal
vez nuestro viaje es sobre permitir, y recordar quiénes somos realmente. Hemos
olvidado que nuestra mayor fortaleza es nuestra intuición, inteligencia
emocional, empatía e imaginación. Hemos olvidado que nuestra mayor felicidad
radica en el amor, la comunidad, el bienestar y el propósito. Podemos haber
dominado diferentes dialectos, pero hemos olvidado el lenguaje de la
conversación del alma.
Nuestro subconsciente oculta nuestros miedos y necesidades
más profundas, y también nos conecta a la fuente de nuestro potencial creativo.
A nuestro ego no le gusta el terreno desconocido e incierto del subconsciente.
Se aferra a un sentido rígido de identidad fijado en la validación y aprobación
externas. Nuestro ego es la única forma en que sabemos cómo dar sentido a la
locura de nuestro universo impredeciblemente fascinante. La magia de lo desconocido
es tentadora, pero también amenaza el núcleo de nuestras zonas de confort.
Empuja nuestros límites y obliga al ego a confrontar su miedo a la disolución y
a la muerte.
Cuanto más te des cuenta de ti mismo, más te transformarás
en lo que realmente eres, en lugar de cambiar en quién no eres. Cuando somos
honestos con nosotros mismos, dejamos de crear nuevos roles para que el ego
juegue, y simplemente empezamos a mirar. Conciencia trae a la luz todo el
dolor, la oscuridad y las partes incómodas de nosotros mismos que hemos negado
y suprimido. Cuando desarrollamos una intimidad más profunda con otras personas
y lugares, en realidad estamos simplemente conectándonos a partes inconscientes
universales de nosotros mismos. Cuando comprendemos quiénes son realmente y de
dónde venimos, podemos aprender a amarlo. Amar algo incondicionalmente te
permite sanar y aspirar hacia tu ser más elevado o la mejor versión posible.
Todo lo que asumimos acerca de nuestro futuro viene de
nuestra experiencia pasada. En lugar de vivir nuestra vida de acuerdo con las
expectativas del pasado, debemos estar abiertos a nuevas experiencias que nos
revelan a nosotros. Podemos ponernos en contacto con el verdadero yo, si
dejamos de rechazarnos, y dejar de resistir el flujo natural de la vida.
Debemos dejar de lado las nociones preconcebidas de cómo deben ser las cosas.
Esto no significa que deberíamos ser pasivos. Esto simplemente significa que
debemos dejar de lado nuestra necesidad de controlar.
Necesitamos dejar de encontrarnos y comenzar a descubrirnos
a nosotros mismos. Tenemos que dejar de intentar cambiar, y empezar a
transformar. Tenemos que dejar de hacer, y empezar a ser. Necesitamos parar, y
simplemente necesitamos aprender a escuchar.
Escrito por Paola Céspedes de Hoy Aprendí.
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