Estás perdido. Pero entonces un día, en los momentos más aleatorios, por
una razón desconocida, encuentras un alma.
IMAGEN: PRINCESS THEODORA VON AUERSPERG |
Un alma que te entiende de la manera más íntima sin que
tengas que susurrar una palabra. Un alma que te sostiene como la belleza más
delicada en el universo entero. No te deja caer. E incluso si empiezas a caer,
trata de barrerte antes de que tengas la oportunidad de golpear el suelo.
En los días realmente difíciles cuando te encuentras en un
millón de piezas rotas, esta alma ayuda a pegar tus piezas. No se impacienta
contigo. No levanta la voz. No te hace sentir como el desastre más sucio. Una
pieza rota a la vez, te lleva a un lugar donde puedes sentirte completo otra
vez.
Te encuentras tumbado a su lado, absolutamente impresionado
por como esa alma unió tus partes. Lo hicieron juntos. Finalmente has
encontrado un alma que ama la forma más racional de ti. Esto es por lo que has
estado muriendo. Esto es lo que tienes ahora.
Te encuentras incrédulo y con lágrimas en los ojos. No
porque estés triste, sino porque no puedes creer que seas digno de tal alma.
Esta alma es una extensión de ti mismo, como si hubieras sido dividida por el
medio, y ahora esta es tu alma encontrando su otra mitad.
Nunca supiste que era
posible amar un corazón que nunca sostuviste, pero ahora esta alma está
sosteniendo la tuya, y no puedes moverte de la conmoción, de la pura alegría. Es
tu otra mitad y tus piezas perdidas y todo lo demás.
Te ha salvado.
Te ha rescatado de los dolorosos grilletes de los que no
sabías que podrías escapar.
Has sanado. Estás completamente otra vez.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
Comentarios
Publicar un comentario