Aunque suene repetitivo, no deja de ser cierto, compartir
nuestros pesares aligera la carga, alivia las penas y en ocasiones podemos
incluso encontrar aliciente y soluciones.
"Compartir la
pasión del otro es la mejor manera de conocerle." Albert Espinoza
Nos hacemos responsables de nuestras decisiones,
experimentamos y tratamos en la medida de lo posible, vivir ajustados a
nuestras convicciones, sin embargo, las penas no avisan, no hacen excepciones
ni distinciones, simplemente aparecen, muchas veces en circunstancias
inesperadas.
La tendencia de aislarnos y contraernos ante la desdicha,
es natural, el dolor y el sufrimiento rara vez desea compartirse y extenderse,
sin embargo, comprender que los afines se presentan, apoyan y se solidarizan,
puede resultar muy provechoso.
¿De qué sirven
las emociones si no se pueden compartir? Anna Gavalda
Por su parte, las alegrías compartidas y manifestadas,
contagian, se extiende, se expande y se refleja, sumamos a nuestra felicidad la
virtud maravillosa de la alegría que produce el bien ajeno, sin discordias, sin
sentimientos tóxicos, simplemente la dicha de ser feliz a través de la
felicidad de otros.
Los científicos afirman que la felicidad no es solo un
sentimiento, sino un estado físico localizado en el hemisferio prefrontal de la
corteza cerebral. Genera una gran cantidad de endorfinas, hormona que produce
un estado de bienestar y reduce la sensibilidad al dolor. La felicidad implica
cambios fisiológicos, ya que produce reacciones espontáneas como la sonrisa, el
llanto y la risa, y transmite además emociones muy diversas, como tranquilidad,
euforia o creatividad.
"Compartir es
una expresión suprema de madurez, ya que la auténtica vocación del ser humano
es ser útil en algo." Yasmina Khadra
Nuestra naturaleza nos empuja al altruismo, y lo
demuestra el hecho de que cuanto más ayudamos a los otros, mejor nos sentimos.
El altruismo y el bienestar se retroalimentan hasta tal punto que es la
cooperación y no la competición lo que nos ha hecho evolucionar como especie.
Actuar sin esperar nada a cambio y ser conscientes de los gestos de los demás
nos hará a todos más felices.
Seamos más humanos, seamos más sensibles a la existencia
de los demás, solidarizarnos en las penas y sumarnos a la felicidad del otro,
nos recuerda que existen motivos de sobra para amar la vida.
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