Los abuelos son los segundos padres de tu hija porque
nadie como ellos para cuidarla, educarla y hacerla feliz. El abuelo es quien a
veces la malcría: “¡Dejen a la niña!, ¡no molesten a mi tesoro!”. La abuela es
quien siempre está ahí para todo lo que le haga falta. Cuando el niño se
despierta es ella quien va corriendo a sacarlo de la cuna, si llora es quien
primero llega a ver qué es lo que le molesta…; cualquiera diría que ellos son
sus verdaderos padres.
Mujer, si te sucede algo parecido con tus progenitores,
si tienes la dicha de compartir la crianza de tu hija o hijo con ellos, en Eres
Mamá queremos que nos cuentes tus experiencias. Hoy te proponemos conversar
sobre lo satisfactorio que resulta saber que los abuelos, en verdad, son sus
segundos padres.
Abuelo: el padre que protege
Seguramente te ha ocurrido que en algún momento has
regañado a tu hija y ella sale corriendo a contarle a su abuelo lo que acabas
de hacer con la más precisa intensión de que él vaya a regañarte. Con los
ojitos bien abiertos y la boquita temblorosa a punto de echarse a llorar,
espera que él la mime.
Como buenas educadoras todas sabemos que este no es un
comportamiento a aplaudir y que está muy lejos de la educación que quieres
darle, pero no pocas veces la situación seguro que te habrá hecho sonreír al
darte cuenta de que tu hija, a su modo, está aprendiendo a defenderse y sabe
que en su abuelo tiene un fiel aliado, para esta, y cualquier otra
eventualidad.
Es que su abuelo le da cariño, protección, le habla con
palabras dulces, tiene unas rodillas que, aunque gastadas por los años, siempre
cuentan con fuerzas para cargarla; él se sabe cuentos maravillosos que nadie
más conoce, y tiene respuestas para todas las preguntas.
Abuelo sabe contar, hacer adivinanzas, cantar, leer,
escribir cartas, armar rompecabezas, dibujar, confeccionar papelotes y hasta
bailar la cuerda y el hula hula, es muy versátil. Se deja maquillar como payaso
y no le importa salir a la calle disfrazado de esa manera para que todos los
niños de la vecindad se rían con él.
Por si su creatividad, alegría, fantasía y energía
positiva no fueran suficientes, hay que decir que nunca está apurado y tiene
sobrado tiempo para dedicarle a la pequeña de la casa. Abuelo no trabaja fuera
y está el día entero a disposición del “tesoro” de la familia.
Abuela: la madre que consuela
Abuela es la mami que tiene los brazos siempre abiertos
para acurrucar y consolar cada vez que se necesita. Ella sabe un rezo mágico
que calma todos los dolores y hace que los rasponazos de las caídas dejen de
arder:
“Sana, sana, culito de rana, si no sana hoy, sanará
mañana”.
¿Alguna vez has oído a tu mamá decir eso a tu hij@?
Seguro que cada vez que lo oyes regresas a los días de tu infancia, momentos
inolvidables que con el nacimiento de tu hij@ y la dicha de que tus padres
estén vivos y junto a nosotras, rememoras a diario.
Seguro que tu hijo, como todos, tiene un mote divertido
para su abuelita como mamimami o abuelamami. ¡No puedes evitar sonreír cada vez
que lo escuchas!
Una abuela es el amor personificado y plasmado en sus
nietas. La baña, la peina, le prepara el biberón, le da la comida, la viste, la
saca a pasear, la mece en el balance… todo como lo haces tú y tal y como le
gusta a tu pequeña.
Abuela y abuelo: los segundos padres
Los segundos padres de tu hij@ se llaman Corazón la
primera y Bondad la segunda. Son toda paciencia y tolerancia. Para ellos no hay
días malos como a veces tú puedas tenerlos, o poco tiempo para jugar y
compartir el asiento delante de la tele.
Tener a los abuelos para compartir la crianza de tus
hijos es un regalo que la vida te ha dado.
Disfrútalo, y sobretodo, permite que tus hijos lo
disfruten, porque recuerda: si hay alguien que pueda cuidar a tus hijos como
tú, sin duda, son ellos.
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