La intuición es una poderosa herramienta emocional y
psíquica, y debe ser escuchada siempre que sea posible. Ese
"instinto" que tenemos puede protegernos de cualquier número de
situaciones si le prestamos atención cuando levanta la cabeza, pero ¿qué pasa
con la falsa intuición? ¿Cómo podemos saber si ese sentimiento que tenemos es
real, en vez de imaginario? ¿Cuáles son algunos de los sentimientos comunes que
podríamos confundir con la intuición? Eso es lo que este artículo pretende
explorar.
IMAGEN: SARAH PROUT |
Deseo
Cuando queremos algo, o alguien, a menudo podemos tratar de
convencernos de que los sentimientos que estamos experimentando son intuitivos
para poder perseguir o comprar el objeto de nuestro deseo. Como, "mi
intuición me está diciendo que si consigo ese par de zapatos, algo asombroso
sucederá." Si el objeto del deseo es una persona, las ocurrencias
aleatorias pueden ser malinterpretadas como intuición. Al igual que cuando te
encuentras con esa persona en la cafetería, pero fue porque fuiste literalmente
todos los días porque dijo que estaría ahí en ese momento. Sí, eso es
espeluznante. No seas esa persona.
Ansiedad
Si tienes una "sensación extraña" sobre una
situación, y te está haciendo sentir como si estuvieras teniendo un ataque de
pánico, eso no es intuición: es un ataque de pánico. Este tipo de falsa
intuición puede ser provocada por un escenario en el que tienes miedo (como
volar). Recuerda este mantra: la intuición es tranquila, pero la ansiedad y la
paranoia tienen miedo. Si en una situación es probable que resulte en que estás
siendo dañado de alguna manera, tu intuición calmadamente te dirigirá a una
forma segura de evitarlo. Con la intuición real, no habrá miedo, no ataques de
pánico, sólo la conciencia absoluta de lo que tienes que hacer en ese momento.
Esperanza
Pocas cosas pueden cegarnos de la manera que la esperanza
puede, y la esperanza disfrazada de intuición puede ser francamente peligrosa.
La esperanza puede llevarnos a través de algunos de los momentos más oscuros en
la vida, pero cuando lo confundimos con un sentimiento de intuición, nos
preparamos para la decepción. Está bien esperar, aunque es aún mejor aceptar, y
trabajar a través de lo que es. Si tus pensamientos están enfocados en lo que
podría ser en lugar de lo que es, entonces eso tampoco es intuición.
Miedo
¿Estás familiarizado con el miedo real frente a F.E.A.R.
(Falsa evidencia que aparece real)? Si no lo eres, presta atención: este último
tiende a ser mal interpretado como intuición muy a menudo, por lo que es
importante ser capaz de decir la diferencia. El miedo verdadero es causado por
algo tangible, como el miedo de ser mordido por un perro enojado, que es
causado por un perro muy enojado que corre hacia ti con sus dientes
descubiertos. Eso es un miedo muy válido y razonable. Si alguien está
convencido de que será mordido por un perro enojado si sale de la casa, pero
ese miedo no está justificado (por ejemplo, no hay perros enojados en cualquier
parte del vecindario), entonces su reticencia no es la intuición; es una
cuestión subyacente diferente que realmente debe ser abordado. Ellos podrían
convencerse de que va a suceder debido a una serie de variables diferentes,
pero la intuición no lo es.
Inseguridad
Esto va junto con el miedo y la ansiedad cuando se trata de
ser confundido con la intuición. Cuando estamos nerviosos por algo, o tememos
que no lo hagamos bien, podemos tratar de convencernos de que no hacerlo es en
nuestro mejor interés, ya que simplemente "sabemos" que el resultado
será malo si lo intentamos.
Por lo que si en algún momento confundes estos sentimientos
por “intuición”, toma unos minutos en analizar si es una intuición real o no,
ya que tus acciones traen consecuencias y siempre debes pensar en lo mejor para
ti.
Escrito por Paola Céspedes de Hoy Aprendí.
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