La honestidad es como una plaga que contamina todo con lo
que entra en contacto. Sé honesto con una sola persona, y ellos, también,
empezarán a toser hasta pequeños pedacitos de sinceridad. Es maravilloso. Todo
el mundo sabe que la honestidad es algo bueno. Cuando las cosas son buenas para
nosotros, naturalmente somos honestos todo el tiempo sin necesidad de
disciplina o motivación. Pero cuando son situaciones difíciles o complicadas
para nosotros o los demás, no es tan fácil ser honestos. Mentimos para evitar
las cosas dolorosas, y muchas veces ser honesto significa soportar
voluntariamente las desagradables realidades que preferiríamos evitar.
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| IMAGEN: ALPHA CODERS |
La honestidad tiene beneficios por lo que no debemos
subestimarla y aquí hay 4 razones que explican el porqué:
Hace la vida increíblemente simple
La deshonestidad hace las cosas complicadas. Eso es porque
la deshonestidad es exactamente lo opuesto a la lucha con la realidad. Ser
deshonesto es el arte de evitar temporalmente cosas duras. En el mejor de los
casos, puedes comprar algo de tiempo para alejar la culpabilidad, pero nunca
escaparás de ello. La mentira nunca desaparece, sólo se empuja a una esquina
hasta que se derrumba sobre ti. La honestidad, por otra parte, es mucho más
simple. Decir la verdad requiere valor. Similar a cómo la primera mentira es
difícil de decir, pero luego te acostumbras a ella; el primer acto de honestidad
es difícil de hacer. Después de eso, te preguntarás porqué nunca decías la
verdad.
No dañas accidentalmente
Aunque a nadie le gusta lastimar gente, a veces hay que
herir a las personas (rechazo romántico, crítica creativa, etc.) y la mayoría
de nosotros hemos llegado a un acuerdo con eso. Aquellos que no lo han hecho
están condenados a encontrarse "atrapados" en las relaciones, las
malas amistades y las malas empresas comerciales. No es como si a alguien le
guste herir a la gente, pero a menudo es responsable de ello. Herir
accidentalmente a alguien es diferente. ¿Acaso no hemos dicho que sí a algo que
queríamos rechazar, poniendo en marcha una serie de falsedades que siempre
termina en la misma vieja confesión sobre cómo nunca quisimos decir que sí en
primer lugar? Minúsculas mentiras y falsas intenciones siempre llevarán a que
alguien salga herido, ya que inevitablemente se llevará a los que se les miente
a una colisión con la realidad. Es por ello que debes ser honesto, para no
lastimar a nadie por accidente.
Es buena para las relaciones amorosas
La honestidad sin empatía se convierte en crueldad y yo
sólo recomendaría la franqueza con un ser querido si estás seguro de que puedes
ser extra-considerado al decir la verdad. Dicho esto, si manejas la compasión
emocional, la honestidad transformará tu vida amorosa.
Las personas apreciarán tu honestidad
Solía inventar todo tipo de razones por las que no quería
o no podía hacer las cosas. No sé por qué hice eso, pero sucedió una y otra
vez: si me invitaban a alguna parte, solía decir que sí, aunque todo lo que
realmente quería hacer era quedarme en casa. ¿Por qué solía hacer esto? ¿Por
qué todavía lo hacemos? No puedo imaginar ningún escenario en el que me
enojaría o me molestaría que alguien me dijera la verdad, pero el obstáculo más
constante que obstaculiza la honestidad es el temor de que los demás hagan
precisamente eso. A veces es tan simple como responder a "¡Yo!"
Cuando alguien grita, "¿Quién tiene hambre?" A veces es un poco más
difícil y tienes que admitir a un amigo "No tengo dinero y no puedo permitirme
este viaje". Hay que tratar siempre de ser honestos y explicar nuestros
motivos si la situación lo requiere, en vez de inventar excusas para quedar
bien.
Nada de esto es nueva información. Todo el mundo sabe la
importancia de la honestidad, pero no se nos recuerda lo suficiente. Las
personas honestas no son sólo buenas personas, son personas inteligentes. Y
creo que es difícil ser honesto por lo que se nos hace tan fácil dejar de serlo.
Pero ahora que conoces los beneficios de ser honesto, empieza a practicar la
honestidad en cada momento de tu vida.
Escrito por Paola Céspedes de Hoy Aprendí.
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