El abuso sexual aunque parezca un tema tan serio y
delicado como para que no esté a nuestro alcance, de hecho es más común de lo
creemos. Los niños están expuestos todos los días a este terrible flagelo y lo
peor que podemos hacer los padres es eludir el tema.
No se habla de abuso sexual solamente dentro de un ámbito
de violencia callejero, lamentablemente se encuentra presente en muchos
hogares; porque se trata de una acción derivada de la actividad sexual en la
cual al menos uno de los protagonistas no tiene la voluntad para consentir.
En tal sentido, haya uso de la fuerza, persuasión o
coacción, se habla de abuso sexual cuando se ejerce poder sobre la persona
abusada de alguna manera. Al mismo
tiempo, se puede describir como un contacto íntimo entre un adulto y un menor o
incluso entre dos menores, cuando uno de ellos somete al otro.
Si eres del gran porcentaje que piensa que estas exento
de este problema, te cuento que el abuso sexual es frecuente y de alcance
general en cualquier nivel social, educativo o afectivo. Es reconocible en
niños y adultos por igual, pero se puede prevenir con efectividad.
Un delito ambiguo
Tener actividad sexual con un menor, conlleva un hecho no
solo despreciable, sí no que además es penado por la ley. A muchas personas les
cuesta determinar cuándo se está produciendo el abuso, qué es o en cuáles
condiciones se produce; en este particular, cualquier actividad física que nos
pueda parecer un juego, puede implicar un delito.
Es importante aclarar que los niños no deben tener ningún
“juego” de tipo sexual con ninguna persona, sea algún familiar, del mismo sexo
o no. El hecho es que un niño, por debajo de los 19 años, no se encuentra
psicológicamente capacitado para decidir que quiere hacer eso.
Del mismo modo, implica un quebrantamiento a la ley
aceptar el consentimiento sexual de un menor, porque esta estipula que él no
está autorizado legalmente para aceptar este hecho.
Algunas veces cuando los padres están involucrados, se
puede llegar a creer que no hay delito, porque estos tienen derechos sobre sus
hijos; pero la ley implica que ningún adulto debe ejercer poder sexual sobre
otro, en ningún caso.
Otro hecho ambiguo, es cuando existe algún tipo de
actividad sexual entre dos menores. Este caso es complicado, pero tiene una
clave; hay que evaluar la posible incitación de uno de los involucrados, porque
cuando se ejerce cualquier tipo de presión hay abuso.
En consecuencia, si uno de los niños ha coaccionado,
persuadido o violentado al otro, hemos hallado al abusador; el cual puede ser
potencialmente procesado según sus características legales.
7 cosas que debe saber tu hijo para prevenir el abuso
sexual
La comunicación tiene cualidades ilimitadas, aprovecharla
para prevenir a nuestros hijos es un hecho invaluable; en esta residen las
principales claves para acabar con el abuso sexual, por eso nunca debemos dejar
de hablar a nuestros hijos sobre este tema.
La otra clave, es la confianza. Enseñar a nuestros niños
que pueden confiar plenamente en nosotros, puede evitar muchos males en la
infancia y puede favorecer la relación toda la vida. Es preciso saber, que un
gran número de niños que son abusados no habla de lo sucedido, esto es el
resultado de la mala comunicación y de la falta de confianza.
Un niño abusado va experimentar un cambio drástico, por
eso quedarse callado al respecto puede ser el detonante para problemas de
personalidad graves y lo peor del caso, es la primicia para que pueda volver a
suceder o continúe sucediendo.
Para prevenir el abuso sexual, enséñales a tus hijos lo
siguiente:
- El principal riesgo está entre las personas más cercanas.
- Deben hablar sobre cualquier tema que les incomode, con toda confianza.
- Nunca debe quedarse solo con personas extrañas.
- Estar informados sobre los peligros en Internet.
- Saber que la actividad sexual es exclusiva para los adultos, por lo cual ningún “juego” de este tipo es normal, ni legal.
- Ser precavidos ante cualquier situación confusa y apresurarse a contarlo a sus padres, maestros o responsables.
- Preguntar a sus padres todo lo que necesiten saber sobre el tema y no a personas extrañas o que no sean parte de la familia.
- Es imperativo decir lo que está pasando, sin miedo; porque el abusador no quiere que esto se sepa, así que ponerlo en evidencia es la clave principal para alejarlo.
- No tener miedo al agresor. Esto imposibilita que este actué libremente o que te pueda coaccionarnos de alguna manera.
- Ser precavidos ante la sospecha, sin importar cuán cercana sea esa persona. Saber manejar el tema con cuidado para evitar malos entendidos que puedan comprometer la integridad personal y del prójimo.
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