Solo sé que te amo, hijo


Antes de posar mi cabeza sobre la almohada cada noche, antes de empezar a planear el día cada vez que sale el sol y de empezar a armar estrategias para lidiar con los azares que trae cada faena, yo tengo una certeza que me hace vencer cualquier dificultad: Mi amor por ti. Solo sé que te amo, hijo. Y el amor que te tengo es suficiente para superarlo todo.
Cuándo me preguntan cómo haré para lograr esto o aquello, confieso que lo que hago es aferrarme a mi única razón: Tú y el amor que siento por ti, pues ese sentimiento me brinda el impulso suficiente para ser la madre que tú necesitas. Y aunque te amo incondicionalmente, quiero pedirte disculpas hijo.

Quiero que sepas que muchas veces no sé qué hacer, que no sé cómo solucionar muchos de los problemas a los que nos enfrentamos ni lidiar con los cambios de humor que ambos afrontamos. Me he equivocado muchas veces, estoy consciente de ello y te juro que me esfuerzo por cambiar, por ser mejor todos los días pero a veces cometo errores.

No obstante, siempre tengo razones para continuar y es porque al final del día, después de hacer un recuento de todos mis errores y mis aciertos, solo sé que te amo, hijo. Y ese sentimiento me confirma que nuestro amor podrá superarlo todo.
Te amo y me esfuerzo por ti
Puede sonar a excusa, lo sé, pero es mi verdad. Admito que estoy llena de defectos y que muchas veces estos me superan y que cometo errores contigo, hijo mío. Ya aprenderás con el tiempo que nadie es perfecto y que me esfuerzo todos los días por ser mejor persona y por darte lo mejor que tengo y no hablo de cosas materiales, pues todos los días además de atenderte con la mayor entrega posible, procuro ser la mejor madre del mundo.

Trabajo como nunca, te lo juro y estoy consciente de que a veces me pierdo muchos de tus momentos. Me estoy esforzando para darte lo mejor, para que no te falte nada, para que tu futuro esté lleno de oportunidades. Trato de brillar para ti y lograr ese fulgor supone de muchos sacrificios, amor mío.

Te juro que quisiera estar pegada a ti a cada instante y no perderme ni un segundo de tu vida, así como cuando naciste. En ese momento éramos el uno para el otro, yo solo me dedicaba a atenderte, a estar pendiente de ti y de la casa. Tú eras apenas un bebé y eras feliz comiendo y durmiendo a placer, pero ahora las circunstancias han cambiado.

Tú estás cada vez más grande, más bello e inteligente, pero también más demandante y a veces sueles pedirme respuestas que no tengo. Muchas veces también me exiges, aunque no de manera consciente, virtudes que aún no cultivo; y por eso te digo que aunque en ciertas ocasiones pierda los estribos, lo único que sé es que te amo y que todo lo que hago en mi vida es por ti, por amor a ti.

Te amo más que a nada en mi vida
Desde antes que nacieras te amaba. Incluso antes de concebirte guardaba en mi corazón amor para ti, y ahora que te tengo conmigo que te veo dormir, sonreír, comer y hacer travesuras me doy cuenta de que eres más hermoso de lo que había imaginado.

Eres la razón por la que me levanto todos los días, por la que enfrento a este mundo cada vez más agresivo, lleno de problemas y exigencias nuevas. Lo supero todo por ti hijo, porque te amo y quiero que seas feliz. Algunas noches, abrumada por los retos que se nos avecinan, por los obstáculos que como familia debemos hacer frente, pienso que aunque tenga que enfrentar un mar de adversidades, mi amor por ti me dará la fuerza para superarlo todo, para vencerlo todo.

Mi amor por ti es el sentimiento más poderoso que tengo y no hace falta que me digas nada para recordar mis deberes para contigo. Te amo solo por el hecho de ser mi hijo y creo que, así como soy capaz de superarlo todo también soy capaz de perdonarte todo. Y te confieso que no sé ni por qué soy capaz de amarte tanto y tampoco sé de donde surge ese sentimiento ni de dónde se alimenta, la verdad es que solo sé que te amo, hijo y eso me basta.

Puede sonar a frase cliché y aun así no me importa, tengo que decírtelo: Eres el amor de mi vida, eres quien llena de esperanza todas mis mañanas y quien reconforta todas mis noches. Eres el ángel a quien veo dormir cuando llego a casa y también eres el ángel a quien veo reír con dulzura.


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