Lo vivido juntos no nos lo quita nadie

Las relaciones pueden llegar a un fin, podemos cerrar un capítulo e inclusive poder iniciar otra historia, pero la realidad es que el pasado no lo podemos borrar, no lo podemos cambiar y lo que se ha vivido no se puede deshacer.
Lo máximo que podemos hacer es manejar nuestros pensamientos y recuerdos en relación a lo vivido, podemos decidir dedicar más o menos tiempo a recrearnos una historia en nuestra mente. Recordar lo negativo de una relación probablemente nos haga desencantarnos una y otra vez de la experiencia, nos haga reforzar la decisión tomada o impuesta de no continuar o bien nos haga llenarnos de rencor y resentimientos si no somos capaces de perdonar y dejarlo ir.

Cuando lo que recordamos es lo positivo, y esto nos ha marcado de forma profunda, se genera una especie de enganche mental, donde los besos, las caricias, las conversaciones, los gestos, miradas o cualquier otro evento trascendente para nosotros, pueden inclusive llegar a extrañarse en gran intensidad. Nuestra mente trabaja de forma particular y puede ser que la relación se haya separado por muchas razones, pero si nuestro cerebro se da la tarea de recordar de la mano del corazón se nos hace muy difícil no idealizar, no extrañar y mucho más soltar.


Definitivamente ya son bien conocidos los efectos negativos que nos genera la poca capacidad que tenemos para dejar ir, desde adentro, para aceptar que muchas veces las cosas no resultan como queremos y que no por eso tengan que producir un efecto negativo en nosotros, aceptar que las historias de dos se escriben por dos personas y que no necesariamente van a coincidir.

Las experiencias, los recuerdos son altamente útiles si se manejan desde la practicidad, sin generar drama en nuestra vida, es muy fácil identificar cuándo estamos utilizando la información resguardada en nuestra memoria para nuestro beneficio o lo contrario.

Basta sentir y observar nuestro cuerpo ante un recuerdo, basta detectar la sensación, hay regocijo, tristeza, enfado, ira, nostalgia? Si nos sentimos bien evocando lo que nuestra mente ha interpretado y almacenado de lo que ocurrió, perfecto, pero si por el contrario nos sentimos mal, es necesario sanar las heridas que dejó esa relación en nosotros para que nos deje de doler.

Nada podrá cambiar lo que vivimos… Si forma parte de nuestro pasado y no llegó a nuestro presente, es porque no había otra forma de que ocurriese. No podemos cuestionar nada de lo que nos ocurre, gracias a ello estamos donde estamos hoy, nos guste o no. Lo que podemos tener es la certeza de que el tiempo ayuda a desenmarañar el tejido que vamos haciendo de nuestra vida y todo toma mayor sentido. Por los momentos agradece lo vivido… que es como lo bailado… Nadie te lo quita.

Tarde o temprano todas las piezas del rompecabezas terminan encajando. Hasta entonces ríete de la confusión, vive el momento y Celebra la vida!!

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