Cuando nos convertimos en madres, nuestro concepto de
bienestar cambia: si ellos están bien, nosotras también. Por eso, en los
momentos en que se enferman hacemos lo imposible para que se recuperen. No
obstante, aunque estemos preocupadas, tenemos que diferenciar si la fiebre alta
se trata de una agresión o una defensa del organismo.
Y es que la temperatura y sobre todo si es una fiebre
alta, es señal importante que nos envía nuestro cuerpo en situaciones
irregulares. Sin esta manifestación sería más difícil saber lo que sucede.
Tanto en niños como en adultos, debemos estar atentos, pues puede traer una
serie de reacciones muy serias.
En este sentido, mamá y papá debemos estar pendientes de
que la temperatura corporal del niño no supere los 37ºC. Aunque esta puede
variar por varios factores, es importante que tengan en cuenta el lugar de su
cuerpo que elijan para hacer la medición porque influye considerablemente.
Pero, ¿cómo varía esta información? Para detectar la
fiebre en tu pequeño puedes medirla por vía oral, rectal o axilar. Cada uno
arroja un dato diferente, pero que se acerca a la realidad. Ahora bien, se
considera que un bebé tiene fiebre
cuando es superior a estos niveles:
38°C (recto)
37,5°C (oral)
37°C (axilar)
Tu pediatra de confianza te ayudará a saber sí la fiebre te está alertando sobre el inicio de un proceso viral en tu bebé o se trata de una señal de algo más serio como una infección
Algunas señales de alerta
Conocer a tu hijo te permite identificar situaciones
diferentes como, por ejemplo, un cambio en su temperatura. Por esta razón, ante
una sospecha debes tocar su frente o cabecita para ver si sientes algo
distinto.
Para confirmar o descartar tu duda, debes tomar su
temperatura con un termómetro, para tener más exactitud. Posteriormente, llama
a tu pediatra para que le comentes los resultados y te oriente en este caso.
Bajo ninguna circunstancia, le des un medicamento sin la autorización de tu
doctor, pues él te ayudará si se trata de un proceso viral o una señal algo más
serio como una infección.
¿La fiebre de mi hijo es grave?
Generalmente, la temperatura del cuerpo se eleva por una
infección y saber los grados te dirá si es grave. Por supuesto, mamá y papá
deben saber que la edad que tenga el niño es un elemento clave. Este tema es
mucho más preocupante cuando tiene menos de tres meses y tiene fiebre alta.
Asimismo, el comportamiento que ellos presenten te
permitirá saber si se siente muy mal. Es decir, si ves que todavía sigue
jugando, comiendo y llevando una rutina normal, pues no te angusties tanto y
solo ocúpate de protegerlo del frío.
¿En qué momento llamar al pediatra?
Solo tú lo conoces a la perfección. Así que si estás
preocupada y ves que algo no anda bien, entonces es hora de llamar al experto.
Como dijimos anteriormente, si es menor de tres meses y
tiene temperatura, no lo pienses y ve al hospital. Si tiene más edad observa su
comportamiento, de persistir por más de 24 horas comunícate con tu médico de
confianza.
La Academia Estadounidense de Pediatría nos aconseja que
si el pequeñito tiene entre tres y seis meses y la temperatura llega a 38,3ºC
(101ºF), hables con el pediatra; y si tiene más de seis meses y tiene una
temperatura de 39,4ºC, busques ayuda profesional.
Coméntale si también presentan tos, pérdida de apetito,
diarrea, vómitos, señales de una infección de oído, somnolencia, sarpullidos,
enrojecimiento, dificultad para respirar e irritabilidad.
El comportamiento de tu pequeño es una señal importante
que te permitirá saber sí se siente muy mal. Sí ves que sigue jugando, comiendo
y llevando una rutina normal, no te angusties. Seguramente no se trata de nada
serio
Métodos naturales para bajar la fiebre alta
Seguramente, el especialista te recomendará un tratamiento
con medicinas, que deberás seguir al pie de la letra. En casa, puedes pasar una
esponja con agua fresca por todo su cuerpo para que sientan alivio.
Algunos suelen pasar un trapo mojado con alcohol por todo
el cuerpecito, pero nunca lo intentes. El alcohol penetra por la piel y llega
al torrente sanguíneo, lo cual generará un descenso en la temperatura.
Mantenlo protegido de las corrientes de aire y del frío
para que no se complique más y se recupere. Recuerda que la mejor medicina es
el amor y la comprensión en estos momentos. Como madres y padres nos vamos a
asustar muchísimo en estas circunstancias, pero trata de mantener la calma y
buscar asesoría profesional.
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