Yo quería estar con ella.
Realmente quería elegirla. Era delicada, brillante, divertida y sexy. Podía
hacer que mi cerebro hiciera corto circuito cada vez que contemplaba su exótica
belleza. Despertar cada mañana con ella acurrucada en mis brazos era lo mejor
que podía pasarme. La amaba intensamente.
Desafortunadamente, como
pasa con la mayoría de las parejas jóvenes, nuestra ignorancia sobre cómo amar
provocó cambios estresantes en la relación. Nuestros momentos felices fueron
sustituidos por peleas y tensiones, que a menudo me hacían cuestionarme si
habría otra mujer que me pudiera amar más y mejor.
Conforme los meses pasaron, mi cabeza daba más y más
vueltas, y a ella decidí elegirla cada día menos.
Pero me quedé con ella. No
podía ponerle fin y ambos sufrimos. Haberla escogido todos los días de la mejor
manera me hubiera permitido centrarme en el regalo que era en mi vida: su risa,
belleza, sensualidad, compañía y mucho más.
Tristemente, me enfoqué en
las cosas más negativas de la relación y de su persona. Me fijé en sus
inseguridades, demandas y otros aspectos de su fuerte personalidad.
Cuánto más me centraba en su
peor parte, más me reflejaba en ella ofreciéndole mi peor comportamiento.
Naturalmente eso sólo ampliaba la tensión en nuestra relación, lo que me hizo
elegirla aún menos.
Para
ser honestos, ella tampoco se empeñó en escogerme. Ahora me doy cuenta que ella
siempre estaba molesta conmigo porque no se sentía a salvo a mi lado.
Sentía que no la elegía
diariamente por mis palabras hacia ella, por mis acciones e intenciones. Ella
se sentía abandonada por mí.
De hecho, sí la abandoné.
No la elegí plenamente en
los 5 años que estuvimos juntos. Me centré sólo en lo más molesto de su persona
y la dejé sola en innumerables maneras hasta que nuestra relación se enfrió.
Fue una tortura para los dos
Nunca cometeré de nuevo el
error de no elegir a la mujer que amo todos los días de mi vida.
Si
estás en una relación, te invito a que te hagas esta pregunta:
¿Por
qué elijo a mi pareja hoy?
Si no puedes hallar la
respuesta, busca más profundamente y encuentra la razón. Si no puedes encontrar
una sola respuesta, pregúntate lo mismo mañana.
Pero si han pasado varios
días y no has podido hallar una respuesta, tu relación es tensa y no te hace
feliz, es momento de dejar ir a tu pareja.
Busca a otra persona en el
momento en que estés listo para volver a ver con los ojos del corazón quién es
y poder elegirla diariamente con el mayor entusiasmo posible.
Y lo
más importante de todo:
Recuerda
que la persona que está a tu lado merece ser querida con entusiasmo, merece ser
amada cada día que está a tu lado.
Este articulo fue realizado gracias a mujer.guru Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio
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