Dejarse amar a veces no resulta tan sencillo

Suena lógico que una de las cosas que deberíamos hacer con facilidad y sobre todo con naturalidad es dejarnos amar, sin embargo, muchas veces no sabemos o no queremos hacerlo, no somos capaces de recibir ese amor que alguien es capaz de ofrecernos.
Dejarnos amar no requiere gran inversión de nuestra parte, aunque para que exista equilibrio es conveniente retribuir ese sentimiento. Lastimosamente no siempre podemos amar a quien nos ama  y más triste aún a veces a quien amamos, no nos corresponde.

El no dejarnos amar puede corresponder a varias causas, las más frecuentes:


No estamos interesados en esa persona que nos ofrece su amor:

No podemos mandar en los sentimientos de los demás, pero sí podemos interesarnos o no en la persona que los siente hacia nosotros. No debemos sentirnos culpables por ser indiferentes a un amor que no tenemos intenciones de corresponder.

Hemos creado una coraza de protección:

Muchas veces ante las heridas o simplemente por ver el sufrimiento en otros en escenarios amorosos, somos capaces de colocarnos una armadura que no permita a ningún sentimiento tener acceso a nosotros.

Nos hemos vuelto incrédulos en el amor o en la sinceridad de la gente:

Es una posibilidad no creer en el amor, sin embargo al hacerlo nos estamos limitando las mejores vivencias de la vida, porque hemos venido acá justamente para aprender a amar y ser amados. Aunque tengamos libertad de escoger si valoramos o no a quien nos ama.

No queremos lastimar a alguien:

Algunas veces sentimos que nuestros sentimientos no podrán alcanzar lo que una persona nos ofrece y que no podemos entablar una relación determinada, por lo que asumimos que generaremos un daño en la otra persona, decidiendo de esta manera evadir este amor.

Miedo a enamorarnos:

Ciertamente el amor por lo general se conquista con amor, con detalles, con ilusiones… Dejarnos amar lleva implícito que en algún momento seremos nosotros los que estaremos en esa posición que podríamos considerar vulnerable, donde corremos riesgos, donde las cosas podrían salir mal. Pero qué si no es ese salto al vacío lo que nos da vida, lo que nos hace vibrar y sentir a plenitud. Algunas veces no saldrá como queríamos, pero otras muchas saldrá de maravilla.

Recibir amor se puede decir que corresponde a personas comprometidas con la vida, que entienden su propósito, que quieren sentirse amados. Sin embargo, algunas veces resulta más justo y compasivo negarnos a recibir un amor que no estamos dispuestos a corresponder, no alimentar la esperanza de algo que no pasará y mucho menos jugar con los sentimientos de quien nos ha ofrecido algo importante de sí mismo. En términos normales siempre será una bendición que alguien nos ame, el amor es el alimento del alma.

Este articulo fue realizado gracias a mujer.guru Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio

Comentarios