Vivo rodeada de esa idea de
que el amor mueve montañas, que es la fuerza más grande por la cual te levantas
de buen humor en las mañanas y la sonrisa te dura hasta que tu cabeza toca la
almohada, en repetidas ocasiones me dicen que es justo el amor lo que debe ser
prioritario, que el estar enamorada es lo mejor, que no hay comparación.
Analizando me situación, me
he dado cuenta que no he sentido esa fuerza arrasadora de la que dicen, o sea,
si me he enamorado, y lo he hecho hasta el tuétano, pero definitivamente nadie,
nunca, ha estado enamorado de mí. Jamás he recibido esas muestras de cariño,
esos sorpresivos detalles que me hacen temblar pues hay alguien ahí, junto a mí
que daría la vida por verme feliz.
No voy a mentir, esas
sensaciones no existentes me han llegado a deprimir en repetidas ocasiones, y
me bajaban el ánimo porque
me creía, “imposibilitada para amar” pero ahora sé que la razón es otra.
Soy ese
tipo de mujer de la que nunca nadie, se enamora jamás.
Nadie se enamora de mí
nunca, porque soy
difícil, conmigo jamás verás esa manera dócil de complacencia,
seguro el que este conmigo se va para conseguir a alguien que le dé gusto en
todo y pese a todo, yo no, tengo criterio propio, bases fijas y sustentadas,
por ello las defiendo, no suelo cambiar de parecer tan fácil, además,estar
conmigo requerirá que aprender a llevar acuerdos, quizá se él el que tenga que
ceder algunas veces, no te confundas, no es ego, mucho menos orgullo, también
se ceder, cuando vale la pena y cuando no soy yo siempre la que lo hace.
No
suelo ser la chica que necesita protección 24/7, soy fuerte, tengo cicatrices que
me hicieron serlo, so soy tan frágil, no me rompo fácil, tengo historias y
batallas libradas que me enseñaron a no depender de alguien para estar bien.
Mis cicatrices a veces están expuestas, no me avergüenzan son mi historia,
defiendo mi historia.
Con el tiempo entendí que
soy del tipo de mujer que respetan, esa chica que a más de uno le gustaría
encontrar en casa al regresar de la rutina, no suelo caminar detrás de nadie,
tengo mi camino lo sigo, y me gusta caminar hombro con hombro de quien se
atreve a seguir mi paso, soy de las que apoyan y de las que impulsan, a veces,
mucho más de lo que me aliento a mí misma. Soy la que está aún sin requerirlo,
pero no soy de la que se enamoran.
Soy la mujer que buscan
cuando necesitan fuerza, apoyo complicidad incondicional, no de la que pueden
pasar horas solo mirándola, no puedo quedarme quieta viendo que solo me miran,
siempre me muevo, de mí no suelen enamorarse.
Quizá aprenden a quererme, a
saberme necesaria, quizá se dan cuenta que ser como soy agrada, que no soy esa
delicada flor que debes cuidar que nadie la pise, soy tierra, suelo, raíz.
Ya no
me entristece ser del tipo de chica del que no se enamoran, al contrario, me
gusta, solo así sé que cuando alguien me diga que ha logrado enamorarse de mí,
será real, sin caretas, será una mor completo pues nunca mostré a alguien que no soy….
Cuando
te enamores de mi sé que valdrá la pena, tendremos un amor que no necesite
luchar por él, pues será de ese amor que juran se arraiga en el alma y no
permites que se vaya.
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