7 reglas de una mujer fuerte

Ser una mujer fuerte significa vivir con un conjunto de reglas con las que muchas otras mujeres lucharían. Tienes un fuerte sentido de quién eres y lo que es importante para ti, y no tienes miedo de nadar contra la marea si es necesario.
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Éstos son sólo algunos de los puntos más importantes de tu libro de reglas de la vida:

El amor propio viene primero
Tú sabes que no es egoísta ponerse primero en la fila para el amor. Tú entiendes que antes de que puedas mostrar amor a otros, primero debes amarte a ti mismo. Esto significa tomar tiempo para tratar las cosas en tu propia vida como una prioridad y recargar tus baterías para que seas capaz de ser una poderosa fuente de amor para el resto del mundo.

No confíes en alguien más para que te apoye
Con el fin de mantener tu independencia, no estás dispuesto a sentarte y dejar que alguien más te apoye financieramente. Esto no significa que no estás preparado para ser ama de casa; solo quieres asegurarte de que eres eminentemente empleable antes de hacer una elección importante. Esta es tu manera de salvaguardar tu prosperidad futura si alguna vez necesitas ser el sostén de la familia.

La falta de respeto es una línea roja
Ya sea de un compañero, un amigo, un miembro de la familia, un compañero de trabajo, o alguien más, nunca dejas que ninguna forma de falta de respeto se deslice. Se trata de una línea roja que, cuando se cruza, resulta algo grave, y haces el corte de cuerdas cuando sea necesario. Simplemente te valoras mucho para permitir cualquier falta de respeto.

Ignora a los enemigos, los adversarios
Tu fuerza y ​​tu confianza pueden hacer que algunas personas se metan en el camino equivocado, pero no prestes mucha atención a nadie a quien le salga veneno de su boca. Te levantas por encima de los que te odian, ignoras a los negativos, y no sientes más que lástima por aquellos que tratan de llevarte a su nivel.

Crea tu propia felicidad
Has aprendido que la mejor manera de ser feliz es por ti mismo. No confías en los demás para hacerte sonreír o animarte; tomas la responsabilidad de tu propia felicidad y nutres el sentimiento para que pueda crecer a grandes alturas. Claro, te pones triste a veces, eso es natural, pero eres plenamente consciente de que tienes el poder dentro de ti para recuperar tu perspectiva alegre.

Te das cuenta del potencial en cada día
Eres muy consciente de la fugacidad y fragilidad de la vida y buscas sacar el máximo provecho de cada día. Ves cada período de 24 horas como una oportunidad para hacer algo grande, algo memorable, y algo que tiene un impacto positivo en el mundo.

Confías en tu intuición
Para ayudarte a elegir el camino correcto en la vida, presta mucha atención a tu intuición y confía en lo que sientes, es un consejo que vale la pena seguir. Gracias a este enfoque, rara vez se duda de uno mismo o de las decisiones que se toma. Te das cuenta de que no siempre tienes que arriesgarte para terminar herido. La precaución no es una medida preventiva infalible que puede protegerte de las cosas malas de la vida.

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