¿Son los rasgos de la personalidad hereditarios?

La pregunta que todos nos hacemos es, ¿es hereditaria? En primer lugar, no soy un genetista, por ningún tramo de la imaginación. Sin embargo, debido a mi trabajo como psicoterapeuta, he estudiado un montón de investigación sobre la neurociencia y el papel de los genes en el comportamiento humano. La más importante es que los genes no operan aisladamente (Rutter M. 2006). Otra manera de decirlo es que siempre hay una interacción entre los genes de una persona y la experiencia de la persona. Así, mientras que las personalidades son ciertamente heredadas, el comportamiento de un niño o adolescente es el resultado de cómo la personalidad del niño interactúa con sus experiencias diarias.
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Por lo tanto, si identificaste a diez niños con rasgos de personalidad que indican un carácter de voluntad fuerte, sus comportamientos no van a ser consistentes basados ​​en las influencias de sus hogares. Puedes tener un niño de voluntad fuerte que habitualmente presenta una actitud desafiante en un hogar, mientras que puedes tener otro niño de voluntad fuerte que presenta un compromiso de seguir todas las reglas del hogar para que pueda trabajar en lograr la excelencia en una actividad extracurricular.



Un niño o adolescente fuertemente querido que sea habitualmente irrespetuoso en un hogar no significa necesariamente que él o ella ha sido abusado por el padre. Podría ser una cuestión de un choque de personalidad entre los padres y el niño, junto con los padres que no saben cómo reorientar la voluntad fuerte de su hijo. No es raro que los padres eduquen a uno o dos niños con poco o ningún conflicto y luego experimenten una montaña de desafíos con un hijo subsiguiente. Por mucho que lo intenten, estos padres experimentan lo que equivale a no progresar con cada estrategia que implementan. En verdad, la mayoría de las estrategias parentales son efectivas en teoría, pero la diferencia es el enfoque o contexto en el que se usa la estrategia de crianza. Con el fin de controlar a un niño que presenta un desafío significativo hacia ti, tienes que hacer ajustes en tu estilo de vida y las expectativas para que tus estrategias sean eficaz.

Por ejemplo, si estoy trabajando con dos adolescentes que presentan problemas de manejo de la ira, los mensajes que transmito a los dos adolescentes son los mismos, pero mi enfoque en transmitir los mensajes a los dos adolescentes se adaptaría a cada uno de sus rasgos de personalidad. Esto me obliga a hacer compromisos con mi propia actitud y comportamientos. Tendría que reevaluar qué límites son absolutamente necesarios y qué límites no lo son para el adolescente. En el futuro, una vez que se ha establecido la relación, los límites menos necesarios pueden ser reforzados. Esto significa que los ajustes que los padres hacen con ellos mismos por el bien del niño no tienen que ser permanentes.

En conclusión, la herencia no es una excusa cuando se trata de criar a niños desafiantes. La influencia de cada padre no debe ser subestimada.


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