"Las mentiras pueden hacer que la gente se sienta
mejor, pero no les ayudan a conocer el amor." ~ Bell Hooks.
IMAGEN: THEUNBOUNDEDSPIRIT |
Mentir no es sólo algo que se hace con palabras. Podemos
mentir con nuestras acciones. Podemos mentir con nuestro silencio. Podemos
mentir con nuestra complicidad. Podemos mentir pretendiendo ser quienes no
somos.
Yo era la mentira.
Cada vez que decía o hacía algo que no recibía la
aprobación del mundo que me rodeaba, elegía sacar una prenda del armario imaginario
de personas que son amables. Cuando tenía veinte años, mi verdadero yo estaba
tan oculto que ni siquiera yo sabía dónde estaba.
Primero comenzó por desaparecer. Me sentí rechazada por mis
compañeros en la escuela primaria. Se sentía como mucho trabajo para ser
querido y popular. Así que decidí renunciar a intentarlo. Pero en vez de ser yo
mismo, decidí esconderme. Ser desapercibida parecía más fácil que ser visto por
quien yo era.
La universidad fue mi oportunidad para reinventarme. Pero
cuando llegué allí descubrí que no podía obligarme a ser extrovertida o
fácilmente agradable. Así que me volví torpe. Yo estaba hiper consciente de que
yo no estaba siendo yo misma, pero no sabía cómo dejarme sola. Así que mi
cuerpo se puso rígido, mis movimientos inquietos, y mi voz incierta.
Comencé a mirar a otras personas y, de la más mínima
manera, comenzaría a imitarlas. Yo adoptaría la risa de alguien, el estilo de
otra persona, y la jerga de otra persona. Esta mezcolanza de lo que pensé que
significaba ser agradable sólo me mantuvo más lejos de la verdad, de lo que
realmente era.
Tenía amigos, pero nadie me conocía. Estaba perdida y
mintiendo sobre quién era yo. Fingí como si lo hubiera entendido todo porque
admitir que no tenía ni idea significaría que mi mundo se derrumbaría.
Cuando construimos identidades para nosotros mismos no
podemos arriesgarnos a que se desmoronen. Así que mentimos. Creamos más
máscaras que usar y nos mantenemos más alejados de la verdad. Nuestros egos
saben que, si un ladrillo se afloja, todo por lo que hemos trabajado tan duro
será arruinado.
Cuando elegimos negar quiénes somos realmente, estamos mintiendo.
Mentir es una elección, una que profundamente daña a nosotros mismos y a
menudo, a los que nos rodean. Y aunque es una opción, es una que es muy fácil
de ocultar. En nuestra búsqueda del amor haremos casi cualquier cosa para
alcanzar nuestro objetivo, incluso si eso significa negarnos la verdad.
La ironía, sin embargo, es que el amor mismo es imposible
sin honestidad. Si te encuentras desesperado por saber lo que realmente es el
amor, toma una respiración profunda y mira lo honesto que eres acerca de ti
mismo.
¿Realmente te conoces? ¿Compartes lo que eres con el mundo?
¿Estás demasiado preocupado por lo que otras personas piensan de ti? ¿Te
cambiarás para ser aceptado por los demás? Estas son todas las grandes preguntas
para ayudarte a reconocer lo cómodo que estás con su verdadero ser.
Descubrirte es parte del camino. Está bien compartir con la
gente que no conoces. Que estás confundido. Que estás perdido. Que sientes
dolor. Que estás en el proceso de conocerte a ti mismo.
No tienes que usar toda tu energía para hacer creer a los
demás que tienes todo resuelto. Está bien no tenerlo todo resuelto. Cuando
comienzas a abrirte y a comunicarte con los demás acerca de quién eres
realmente, comienzas a tener la oportunidad de descubrir lo que es el amor.
Así que, si quieres conocer el amor, muéstrate. Quítate la
máscara. Deja ir toda la energía que se necesita para ser otra persona y úsala
para descubrir quién eres realmente. Ama a esa persona y mira como el mundo te
ama.
Comentarios
Publicar un comentario