No corras tras lo que es tuyo, vendrá a ti en el momento oportuno

La paciencia es una virtud de pocos, saber esperar sin desesperar, sin caer en estados de ansiedad y sin torturarnos con pensamientos innecesarios, es una cualidad de pocos, rara vez encontramos personas que esperan de manera conforme y decidida a que la vida haga lo suyo y les otorgue lo que les pertenece, lo que es suyo.
No podemos pretender que todo llegue de inmediato, en realidad hay tiempo para todo, cada cosa lleva su proceso y su dedicación, especialmente en cuestiones de amor, donde de alguna manera nos vamos preparando para asumir la relación con esa persona que decidamos se quede definitivamente en nuestras vidas, a fin de cuentas cada quién llega con un nuevo aprendizaje que dejarnos, aunque generalmente no nos percatemos de ello.


La espera recompensa

Aprender a esperar el momento exacto para recibir los beneficios que reclamas, es un aprendizaje importante para todo aquel que lucha, no siempre solemos estar conformes con nuestras vivencias y en lugar de sacar bien del mal, tomamos el camino de sufrir por largos períodos para en algún momento dejar de compadecernos y pasar a otra cosa, cuando en realidad todo ocurre en consonancia con los tiempos de la perfección, donde todo está dado más allá de nuestra premura.

Esperar con paciencia a que maduren los frutos, sin acelerar las cosas, nos permitirá disfrutar  y apreciar debidamente su dulzura, cuando nadamos contra la corriente quizás conseguimos lo esperado, pero no en todos los casos resulta grato, cada cosa tiene su lugar y su tiempo, correr tras lo que pensamos nos pertenece, sólo empeora las cosas, pues además damos cabida al recelo y a la impaciencia, no dejamos que las cosas fluyan naturalmente y que cada cosa esté en su lugar correspondiente para que los actos sucedan.

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