Cuántas veces habré
intentado llamar tu atención, haciéndote saber que el amor que sentía por ti,
se estaba poco apagando, cuántas veces mis lágrimas no recorrieron mi rostro en
una mezcla de impotencia y de rabia por no poder llegar a ti, por sentirme herida,
por sentirme lastimada o subestimada.
Te di lo mejor de mí, me
entregué a ti de manera intensa, sublime, te di cabida en mi vida, en mi hogar,
en mi familia, en mi círculo de amistades, mientras que tú, no solo no lo
valoraste, sino que te sentías inconforme.
Tus constantes demandas,
reclamos, demostraciones de inconformidad y hasta de fastidio eran lo
cotidiano. En un principio trataba de llegar a ti, de acercarme, de que
sintieras lo importante que eras para mí, que no era un juego, que te quería en
mi vida por mucho, mucho tiempo, sin embargo, poco a poco, ante la
indiferencia, ante la ingratitud, ante tu comodidad, llegó la desilusión, llegó
esa mirada que no usa el filtro del amor, sino que logra ver exactamente lo que
es, sin adornos, sin justificaciones, sin pretensiones…
Y desde el momento en que me
di cuenta de que no merecías lo que yo me ofrecía me fui alejando, yo caminando
en una dirección y tú como siempre en dirección contraria, parecía no dolerte,
parecías no sentirlo, lo cual me dolía aún más, pero junto a ese dolor venía un
valor que no sabía que tenía dentro.
Decidí dejarlo todo atrás,
decidí no invertir mi vida en quien no lo valora, decidí darme espacio para mí
sin ti y aquí estoy, entera, más fuerte, más segura, más tranquila, sin
mendigar en amor de nadie, sin pretender que valoren lo que hago, sin escuchar
críticas y reclamos injustos, sin justificar mis acciones.
Ahora veo las cosas con
total claridad, tengo parámetros de lo que quiero y permitiré en mi vida, he
reemplazado creencias limitantes, sé lo que me merezco y sé que para quien
decida embarcar una aventura de amor conmigo, yo seré su bendición.
Paradójicamente cuando ya no
espero nada de ti, tú tienes todas las intenciones del mundo de hacer y ser lo
que siempre quise. Cuando ya mi corazón no siente lo mismo por ti, el tuyo se
desgarra de dolor… Sí, te entiendo, debe ser terrible tenerlo todo y perderlo
por no saber valorarlo, en mi caso es al contrario, me di cuenta de que mi
mayor acción es tu ausencia en mi vida. Tú me perdiste y yo me gané a mí misma.
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Buen mensaje para tantas personas que sufren maltratatos de pareja y que están superando, es cierto, nadie es imprescindible, la vida es un regalo de Dios y sigamos valorando así y vivir con dignidad y nunca tolerar maltratos de pareja.
ResponderEliminarSigan publicando estos mensajes para la reivindicación personal.
y tú que, quizás no te atreves a tomar una decisión por miedo a estar sola o a perder el padre de tu hijo, te digo que estásequivocada, LO MEJOR ES VIVIR FELIZ Y LA PERSONA A TU LADO DEBE AMARTE, sino, aléjate y te vas a reencontrar contigo y vas a se FELIZ.