Es sorprendente la cantidad de presión que nos ponemos a
nosotros mismos, para tener éxito en "los ojos del mundo". En lugar
de enfocarnos en cómo vivir más auténticamente, amansamos a una audiencia imaginaria.
Jugamos con nosotros mismos en un estándar que ha sido moldeado por influencias
etéreas, miríadas.
![]() |
IMAGEN: THEARTOFCORINA |
Hacemos elecciones basándonos en lo que pensamos que otras
personas piensan, a menudo sin siquiera darnos cuenta. Pero, no les importa, no
tanto como creemos. Y aunque lo hicieran, ¿qué les debemos? Nada.
Nos preocupamos demasiado por cómo nos vemos
No estoy diciendo que es siempre malo ponderar cómo
alguien, si cercano o distante, verá nuestras acciones. Pero no es importante.
De hecho, puede hacernos salir del mejor juego de la mesa, por temor a ser
ridiculizado, juzgado, o incluso a veces, incluso aplaudido.
Nos preocupa mucho encajar o ser visto por esta audiencia
ilusoria. O nos preocupa demasiado no ser visto por esta audiencia. Esta
complejidad inherente con la que luchamos está a menudo en la raíz misma de
nuestras decisiones malas o "aceptables".
Acabamos:
- Diciendo sí a una invitación que realmente no queremos ir
porque no queremos dejar a alguien.
- Pasar más tiempo con la carrera que sabemos que no es lo
correcto para nosotros, porque no estamos seguros de lo que los demás pensarán
sobre un cambio.
- No practicamos nuestra pasión porque no vemos suficiente
gente haciéndolo consistentemente.
- Hacer algo sólo por el aplauso, por ser reconocido o aprobado,
aunque no nos importara mucho.
La vida sería más simple, mucho más simple. Terminaríamos
haciendo las mejores opciones, más desafiantes, beneficiándonos inmensamente, e
irónicamente también a aquellos quienes tememos que nos juzgarán. Ellos eventualmente
serán inspirados por nuestras acciones, o aprenderán algo de ello.
Porque cada vez que vivimos vidas auténticas, a través del
simple acto de hacer una elección que es verdad, fomentamos ese espíritu
colectivo de crecimiento.
¿Cómo vivimos más
auténticamente?
En los momentos de decisión, sembramos nuestro carácter.
Cada vez que nos enfrentamos a una elección, y no queremos decepcionar a esta
audiencia imaginaria, ¿qué podemos hacer para salir de este espejismo ilusorio,
para que podamos tomar la decisión correcta?
Darte cuenta de esto: No hay audiencia.
Siempre serás sólo tú, en este mismo momento. Al borde de
tomar una decisión, que puede mejorar o devaluar. A menudo, sólo miramos
algunas de nuestras decisiones como intrascendentes a largo plazo. Entonces,
para vivir una vida feliz y auténtico pon como prioridad lo que deseas y no lo
que los demás desean que hagas.
Escrito por Paola Céspedes de Hoy Aprendí.
Comentarios
Publicar un comentario