Todos
nosotros necesitamos tomar una expectativa básica de lo que es nuestra vida y
lo que es encontrarse con uno mismo: ser feliz y amarse con locura. Después de
esto, poder hacer felices a los otros seres humanos, sin embargo, mucho piensan
que actuar así es ser egoísta. Muchos piensan que esto es ser ególatras y de
alguna manera me dicen que se contradice un poco el amarse a uno mismo con
locura con el hecho de amar a los demás.
La
verdad es que, de alguna manera por la semántica de las palabras, parecería ser
que amarse uno mismo implicaría no amar a los demás. Cuando en realidad amarse
uno o amarse a uno mismo con locura, implica que yo me encuentro conmigo y de alguna manera comienzo a descubrir que
el amor de mi vida soy yo.
Amarse
y valorarse permite estar en paz con uno mismo, permite ser feliz cuando yo
estoy en paz, cuando yo conmigo. Eso me lleva a poder regalar felicidad a mis
hijos y mi pareja. Cuando mi vida empieza a cambiar de esta forma poco a poco
lograré que a pesar que las circunstancias sean complicadas, puedo realmente
ser feliz.
Cuando
la alegría puedo trasladarla a mis
hijos, mi esposa o esposo lo que empieza a suceder es la inversa de lo que
normalmente pasa y nos alejamos de lo común que es ponerse siempre en el último
lugar. Uno atiende a todo el mundo, atiende a la familia, atiende a los padres,
atiende al marido, a la esposa, a los hijos… ¿Y uno? Siempre como la última
rueda del carro, uno está de alguna manera agotando todas sus fuerzas.
Uno
no sale, uno no gasta, uno no puede tener ninguna alegría, no puede salir con
los amigos o amigas, no hace nada a favor de uno porque todo lo está dando. Esa
persona que da, da y da. Llega un momento que se cansa de dar; pero, el resto
se acostumbró a recibir y nunca dio, por eso es tan normal encontrar a una
persona en el consultorio que me dice: “Yo toda la vida estuve dando, toda la
vida me preocupé por los demás y ahora que yo necesito nadie se preocupa por
mí”.
Esa
persona todo el tiempo estuvo pensando que el secreto era dar, que el secreto
era decir y deducir que la alegría y la felicidad de los otros era mi alegría
la verdad. Y en realidad cuando yo me pongo en primer lugar, cuando yo me amo
con locura y me encuentro conmigo es ahí cuando determino que puedo ser feliz
con mi vida, con mis hijos, con mi familia con la gente que me rodea y que
puedo ayudar a las demás personas, que puedo buscar a Dios, que puedo tener
planes de viaje, planes de estudio, planes de hacer cosas para sentirme bien
conmigo. Cuando yo me amo con locura, yo puedo llenar en invadir de felicidad a
mi familia y a mi entorno social. No se olvide la primera persona de su vida
siempre tiene que ser usted.
Este articulo fue realizado gracias a ramontorrespsicologo.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Comentarios
Publicar un comentario