En la Concepción: Una batalla interna
El biólogo de la Universidad de Harvard, David Haig, ha
detectado que algunos genes "impresos" -los que pueden identificarse
como procedentes del progenitor masculino o femenino- compiten por los recursos
dentro del útero. Algunos genes paternos empujan al feto a extraer la mayor
cantidad de alimento y energía posible de la madre, incluso en detrimento de su
salud, mientras que algunos genes maternos buscan entregar al feto sólo lo que
necesita. La explicación de Haig es que "los genes maternos tienen un
interés sustancial en el bienestar y la supervivencia de la madre",
mientras que "los genes paternos favorecen una mayor asignación del tiempo
materno y esfuerzo a su hijo".
En el embarazo: El poder de la presencia
Durante el embarazo de una mujer, parece que hay poco que
un padre pueda hacer para afectar al niño. Un reciente estudio de la
Universidad del Sur de Florida muestra que no es así. Los bebés cuyos padres
estuvieron ausentes durante el embarazo tenían más probabilidades de nacer
prematuramente o con pesos de nacimiento inferiores que aquellos cuyos padres
estaban presentes. Tales bebés también tenían cuatro veces más probabilidades
de morir dentro de su primer año. Incluso en las madres, las complicaciones del
embarazo que parecen no tener relación con la participación masculina,
incluyendo anemia y presión arterial alta, eran más comunes cuando los padres
estaban ausentes.
Al nacer: los hombres entregan alivio
Las viejas comedias mostrando a padres que ansiosamente
caminaban en las salas de espera mientras sus esposas entregaban a sus hijos no
eran ninguna exageración: Desde la década de 1930, cuando la mayoría de los
nacimientos en los Estados Unidos se habían trasladado del hogar al hospital, hasta
fines de los años sesenta, el parto era un asunto de las
mujeres-y-profesionales solamente, al detrimento aparente de cada uno
implicado. A medida que más hombres tomaban su lugar en la sala de maternidad,
las mujeres reportaron sentir menos dolor y las solicitudes de medicamentos
para el dolor disminuyeron. Las madres eran menos propensas a llorar. Es más,
los hombres presentes para el informe de nacimiento de sus hijos son más
apegado a sus bebés y más involucrados en su cuidado. Dejen entrar a los papás,
escribe Raeburn, "vale la pena de una manera que nadie esperaba".
Postparto: un riesgo subestimado
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| IMAGEN: ALLPOSTERS |
¿Cómo podemos medir la importancia de la compañía paternal
en los primeros meses de un niño? En parte, observando lo que sucede cuando los
niños son privados de ella. Uno de cada 10 hombres experimenta alguna forma de
depresión posparto, informa Raeburn, limitando su capacidad de conectarse
emocionalmente con sus bebés. Los hijos de padres con episodios mayores de
depresión posparto parecen tener ocho veces más probabilidades que otros de
tener problemas de conducta a medida que crecen y 36 veces más probabilidades
de tener dificultades para llevarse bien con sus compañeros.
Los primeros pasos: Los papás como protectores ante
conductas de bullyng
Los investigadores de la Universidad de Oxford que
visitaron familias que comenzaron en el primer año de los bebés encontraron que
cuando los padres mantenían una relación remota con sus bebés, esos niños
tenían más altas tasas de comportamiento agresivo, sin importar cómo sus madres
interactuaran con ellos. En un metanálisis relacionado de 24 estudios sobre la
participación paterna, los investigadores suecos descubrieron que los niños
cuyos padres ayudaban a cuidarlos, jugaban con ellos y los llevaban a paseos
tenían menos problemas de comportamiento en la primera infancia y una menor
probabilidad de delincuencia cuando sean adolescentes.
Niñez Temprana: Mira quién te habla
En al menos un aspecto de la adquisición del lenguaje en la
infancia, los padres simplemente importan más que las madres. Por ejemplo, los
investigadores que estudiaron los papeles de los padres en el desarrollo del
lenguaje de los niños pobres y rurales descubrieron que el uso del vocabulario
de los padres al leer a los niños a los seis meses predecía su expresividad a
los 15 meses y su uso del lenguaje avanzado a los tres años – sin importar el
nivel educativo de la madre o cómo hablaba con los niños. La hipótesis: Dado
que las madres pasan más tiempo con los niños, es más probable que utilicen
palabras con las que los niños estén más familiarizados, mientras que los
padres, menos acostumbrados a la zona de confort lingüística de sus hijos,
introducen un vocabulario más amplio.
Los años de la adolescencia: La esencia de un padre
Durante años, los biólogos evolucionistas han desconcertado
por qué las niñas con padres ausentes o difuntos tienden a alcanzar la
maduración sexual antes y tienen tasas más altas de embarazo en la
adolescencia. Bruce Ellis, de la Universidad de Arizona, estudió familias con
padres divorciados e hijas que tenían por lo menos cinco años de diferencia, en
las que la hija mayor tendría varios años más tempranos de
"exposición" a un padre actual. Él encontró que las hermanas más
jóvenes tenían sus primeros períodos aproximadamente 11 meses antes que sus
hermanos mayores. La psicóloga Sarah Hill, de la Universidad Cristiana de
Texas, dijo a Raeburn que cree que la ausencia de un padre ofrece a las niñas
una pista subconsciente sobre "el sistema de apareamiento en el que
nacen": los hombres no se quedan, así que necesitan encontrar pareja
rápidamente. Sus genes entonces efectivamente empujan a las niñas en la
pubertad temprana. (Este efecto es más pronunciado en familias en las que los
padres ausentes no habían sido una presencia positiva mientras estaban en el
hogar.) ¿Cuál es la fuente de este fenómeno? Ellis cree que podría ser la esencia
de un padre. En experimentos con animales, hay evidencia de que la exposición
sostenida a las feromonas de un padre puede ralentizar la pubertad, aunque esta
hipótesis sigue siendo ampliamente no probada en humanos.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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