Las habilidades sociales son
imprescindibles, no solo para tener éxito en el mundo profesional sino para
vivir de forma más plena y equilibrada. Una persona que no es capaz de defender
sus derechos de forma asertiva, será pisoteada continuamente. Sin embargo,
alguien que se enfade con frecuencia y responda agresivamente, tendrá una vida
llena de conflictos, sin encontrar la serenidad.
Sin embargo, nadie nos
enseña a manejar de manera asertiva las relaciones sociales, es algo que
aprendemos fundamentalmente por imitación, primero viendo a nuestros padres y
después, tomando apuntes de las figuras significativas con las cuales nos
encontramos durante la adolescencia y la juventud.
No obstante, las habilidades
sociales están en el centro del Crecimiento Personal. Como nadie es una isla en
sí mismo, para lograr la felicidad y la paz espiritual, debemos adquirir al
menos algunas competencias básicas que nos permitan lidiar con las personas que
encontramos cada día.
Curiosamente, las
habilidades sociales más importantes, también son las más sencillas y fáciles
de desarrollar. El problema es que no somos conscientes de su importancia y las
pasamos por alto. Por eso, ahora os indico algunas habilidades sociales
básicas, que podéis comenzar a desarrollar inmediatamente.
¿Cuáles son las
habilidades sociales básicas más importantes?
1. Sonreír más
La sonrisa es una de
nuestras armas más poderosas, y también una de las más infravaloradas. De
hecho, a todos nos gusta ver una cara sonriente pero no somos plenamente
conscientes del impacto que puede tener una sonrisa en las relaciones
interpersonales.
Sin embargo, una sonrisa
relaja la tensión que pude haber en el ambiente y hace que la otra persona se
muestre más receptiva a nuestro mensaje. Cuando nos acercamos a alguien
sonriendo, le estamos diciendo que no somos una amenaza y le transmitimos
positividad. Es difícil que alguien se enfade cuando su interlocutor sonríe.
De hecho, psicólogos de la
Universidad de Oxford pudieron apreciar que en un juego económico, cuando las
personas sonreían, aumentaba en un 10% el nivel de confianza que los otros
ponían en ellas. Otro experimento desarrollado en el Boston College demostró
que cuando cometemos un error o nos saltamos una norma y después sonreímos,
aumentan las probabilidades de que la otra persona se muestre condescendiente y
nos perdone.
Obviamente, no se trata de
andar todo el día con una sonrisa forzada, hay situaciones que no demandan una sonrisa.
Aún así, intenta sonreír más, verás que acercarse a las personas con una
sonrisa en los labios puede cambiar la situación.
2. Hablar más
despacio
Cuando estamos nerviosos,
nuestro ritmo cardiaco se acelera y la respiración se hace más entrecortada. En
esta situación, es difícil mantener la calma por lo que el ritmo de nuestro
discurso se acelera. Sin embargo, nuestro interlocutor lo percibe, aunque sea
de manera inconsciente, y comprende que algo no funciona. De esta manera, se
pone sobreaviso y adopta una actitud defensiva. En esta situación, es difícil
convencer a alguien o llegar a un entendimiento.
Sin embargo, hablar de
manera pausada y con un tono de voz adecuado, transmite tranquilidad e indica
que somos una persona segura de sí, que sabemos lo que queremos y tenemos la
confianza necesaria para lograrlo. Cuando todos a tu alrededor se alteran y
eres capaz de mantener la calma, podrás transmitir mejor tu mensaje y las
personas estarán más dispuestas a escucharlo.
En este sentido, un estudio
realizado en la Universidad de Georgia demostró que hablar rápido es una
técnica eficaz solo cuando queremos confundir a nuestro interlocutor, cuando
queremos convencerle de algo pero no tenemos suficientes pruebas a nuestro
favor. Al contrario, hablar despacio le permite reflexionar y promueve un
cambio de actitud más duradero, que es justo lo que necesitamos en nuestras
relaciones interpersonales más íntimas.
De la misma forma, es
importante aprender a dominar los silencios. De hecho, la mayoría de las
personas se precipitan a romper el silencio porque se sienten incómodas y
tensas, pero el silencio es un arma de comunicación a través de la cual se
puede transmitir seguridad y confianza.
3. Preguntar más
Suponer, sacar conclusiones
a partir de hechos aislados o generalizar sin bases es uno de los principales
errores que cometemos en la comunicación. De hecho, da lugar a muchísimos
malentendidos. Por eso, una habilidad social fundamental es preguntar más. Ante
las dudas, es mejor contrastar nuestras ideas, y eso solo podemos lograrlo
hablando con la otra persona.
El principal problema de las
suposiciones es que casi nunca se detienen sino que tienen un efecto bola de
nieve, que da lugar a otras conclusiones falsas o sin fundamento. De esta
forma, se generan actitudes negativas o incluso prejuicios hacia la otra
persona, que terminan dañando innecesariamente la relación.
Las suposiciones y las
convicciones se convierten en una peligrosa arma de doble filo. Un curioso
experimento realizado en la Universidad Estatal de Iowa desveló cuán fácil es
manipular nuestras convicciones, hasta tal punto que el 50% de los testigos de
un supuesto asesinato, estarían dispuestos a identificar erróneamente a un
asesino.
Por eso, indaga siempre
sobre el punto de vista de tu interlocutor, intenta comprender sus razones y
pregunta todo lo que no quede claro. No te dejes llevar por las suposiciones
porque a menudo estas son el resultado de una historia que hemos armado en nuestra
mente.
Este articulo fue realizado gracias a rinconpsicologia.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Fuentes:
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LaFrance, M. & Hecht, M. A. (1995) Why Smiles Generate Leniency. Personality and Social Psychology Bulletin; 21(3): 207-214.
Smith; A. M. & Shaffer, D. R. (1991) Celerity and Cajolery: Rapid Speech May Promote or Inhibit Persuasion through its Impact on Message Elaboration.Personality and Social Psychology Bulletin; 17(6): 663-669.
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