Ciertamente en cualquier
ruptura de pareja, pueden existir infinidad de motivos que generen la fractura
y con ella el fin de la relación. Sin embargo, comentaremos acerca de los
efectos de terceras personas inmiscuidas en una relación de dos.
Las intervenciones o
participación de terceras parejas puede ir desde lo más sencillo, un amigo o
amiga cercana que tiene influencia directa en una o ambas partes, hasta lo
probablemente más complejo, cuando existe la presencia de la infidelidad en la
pareja.
Las parejas deben ser
cuidadosos y prudentes con su relación y tratar de solventar sus inconvenientes
entres dos, y en caso de que esto no sea posible, buscar el apoyo adecuado que
realmente favorezca la relación y no una de las partes.
Cuando las personas son
influenciables, corren el riesgo de que cualquiera opine acerca de lo que ven
bien o mal en su relación o en su pareja, y esta persona puede hacerse una
tormenta en su cabeza por unos simples comentarios, que no necesariamente
pueden estar cargados de las mejores intenciones.
Por naturaleza humana a la
mayoría de las personas les encanta el drama, les entretienen los conflictos, y
quizás sin estar conscientes de sus efectos pueden ser muy perjudiciales con
sus vidas y con las vidas de los demás. Por eso se debe ser reservado al
momento de ventilar cosas de pareja y al momento de permitir la participación
de terceros.
Algunas personas con vidas
realmente catastróficas se colocan su traje de gurú de las relaciones, sin
tomarse un minuto a pensar en los efectos de sus palabras, en la
responsabilidad que de alguna manera le ha sido otorgada y sin mayor
conocimiento pueden hacer mucho daño a una relación.
La influencia de padres,
amigos, personas cercanas se debe acotar, teniendo siempre como prioridad los
acuerdos que se realicen en pareja, que a fin de cuentas son los que están
viviendo su experiencia.
Los mismos terapistas
algunas veces resultan tener posiciones muy marcadas, criterios muy cerrados
que nos les permite ayudar realmente a una pareja, por lo que se debe buscar
alguno en caso de necesitarse, de manera muy cuidadosa y no seleccionar el
primero que aparezca en el buscador de Internet.
Llegado al caso de una
tercera persona vinculada sentimentalmente con alguna de las partes, pues es
más que evidente el daño que se genera, que aun no siendo irrecuperable, deja
heridas muy profundas, donde se necesita mucha madurez, voluntad, disposición y
amor para emprender un camino de recuperación de la relación.
Si queremos nuestra
relación, comencemos por cuidarla, no la expongamos a terceros, tratemos de
solventar nuestros problemas en privado, sin hablar mal de nuestras parejas con
terceros, sin permitir que otros con la información que manejan puedan tener
influencia en nuestras decisiones o acciones y evidentemente no abramos la
puerta a oportunidades que nos puedan llevar a la infidelidad, con respeto y
amor y unos cuantos ingredientes más que no incluyen a terceros, podemos
construir la relación que queramos.
Este articulo fue realizado gracias a rincondeltibet.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Comentarios
Publicar un comentario