En la vida nos encontramos
con tornados, con remolinos, con tempestades. Aprendemos a batallar con todo y contra todo,
tras triunfos o pérdidas, enfrentar ya es por sí misma una manera de victoria
frente a nosotros mismos.
Muchas veces solemos ser
reactivos, en la mayoría de los casos, dejamos
que esa emoción que se despierta tras un acontecimiento, simplemente fluya,
se exprese, se manifieste y salga arrebatando todo a su paso, de manera que
enfrentamos tormentas contra tormentas.
La conquista propia es la más grande de las victorias.
Detalles
Nuestro entorno está lleno
de criterios, de maneras de pensar, de opiniones y de enfoques, jamás podremos
controlar todos los escenarios de nuestra vida y es simplemente porque aunque
pensemos que es posible, jamás podremos tener el control pleno de alguien más.
De la misma manera ocurre en
la vida, en cada etapa, en los conflictos y las situaciones que se desencadenan
en la vida, conflictos que alguna vez todos enfrentamos y para dicha de algunos
salen airosos, pero para muchos otros, terminan arrastrados por la tempestad
que derriba todo a su paso.
El hombre más poderoso es aquel que es totalmente
dueño de sí mismo. Anónimo
Cuando
tenemos la oportunidad de tomar un instante de serenidad antes de accionar
frente a una tempestad, no solo veremos como suele disolverse,
sino que además, aunque persista, no resultaremos afectados, no olvides que
solo puede afectarte aquello que tu mismos permites, aquello que aceptas y que
de alguna manera crees veraz, sin embargo, cuando la serenidad se apodera de tu
mente, de tus pensamientos y de las palabras próximas a ser pronunciadas, te
darás cuenta como una voz en tu interior sale a flote y puede sosegar las
tempestades más enardecidas.
Se
trata finalmente de ti mismo, de tu actitud ante la vida, de
tus acciones, pensamientos, palabras y reacciones, de no dejarte arrastrar por
aquellos hechos o personas voluntariosas que pasan su vida desencadenando
tempestades, por el contrario, aprende a tomarte ese espacio de calma, de
serenidad y de silencio, no importa la magnitud de lo que te rodee, tu eres capaz de tender un puente inmediato con tu paz
interior.
Mide tus deseos,
pesa tus opiniones, cuenta tus palabras. Pitágoras
Los instantes de serenidad
frente a una tormenta, pueden no solo evitar tragedias, suprimen daños a
terceros, ahorran disculpas que seguramente deberás ofrecer, pero
especialmente, te ahorra un largo momento de oscuridad en tu vida, en tu
espacio y en aquello que quieres para ti, la serenidad es un potente don y una
brillante arma frente a casi cualquier hecho, o suceso en la vida, sino a todos
ellos.
Las tempestades siempre se
harán presente en nuestro destino, simplemente porque la vida la ejecutan
personas, la demuestran los hechos y la comprueban las emociones, ¿cómo
entonces pueden desparecer las tempestades cuando somos seres creados para
aprender y experimentar todo, por todo y con todo?..La diferencia siempre
estaré en ti y en ese instante previo en el cual elijas el traje con el cual
atravesarás la tempestad.
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