Quiéreme cuando menos lo merezca: será cuando más lo necesite

Aunque toda relación de pareja tiene sus altibajos es fundamental estar siempre disponible para nuestro compañero y, en la medida de lo posible, brindarle nuestro apoyo, sean cuales sean las circunstancias.
Abrázame cuando menos lo merezca, cuando me sienta solo y crea que todo mi mundo se ha venido a bajo. Será entonces cuando más te necesite, cuando solo tú puedas reconstruir de nuevo mis pedazos caídos.

Si en alguna ocasión te has sentido de este modo, sabrás sin duda lo que significa ese apoyo incondicional de los nuestros para recordarnos que la vida siempre merece la pena. Que todos cometemos errores.

El apoyo de nuestras parejas es algo imprescindible, y es precisamente en estos instantes de crisis personal cuando más se puede conocer la grandeza de las personas que forman parte nuestro mundo emocional.

Te invitamos reflexionar sobre ello.

Apóyame cuando menos lo merezca

Todos cometemos errores, todos somos torpes alguna vez en nuestras relaciones y acabamos cometiendo algún error que ocasiona problemas y sufrimientos.
Queda claro que siempre hay un límite de lo que es perdonable y no, y que siempre dependerá de lo que la otra persona sea capaz de aceptar.

Ahora bien, existen ciertas situaciones donde es imprescindible contar con el apoyo de nuestras parejas, ahí donde sería vital que la otra persona diera el paso del acercamiento, que desplegara su empatía y fuera capaz de reconstruir “nuestros pedazos rotos”.


Las crisis personales

Todos tenemos altibajos en nuestro ciclo vital. Las relaciones afectivas por sí solas no ofrecen una felicidad estable y duradera.

Alrededor del núcleo de la pareja siguen existiendo dimensiones que pueden afectar a ese equilibrio interior:

-El trabajo
-Las relaciones familiares y sociales
-Aspiraciones profesionales, personales y emocionales

Una crisis personal la podemos tener a causa del trabajo, o por carecer de él. También puede ocurrir, que durante una época, tengamos que priorizar más a un familiar, o a un  proyecto personal que, al final, no sale como esperábamos.

Esa indefensión o esa preocupación puede hacer que descuidemos a nuestras parejas.
Seguimos amando a nuestro compañero, pero nos hemos alejado casi sin darnos cuenta. El que la otra persona sea capaz de verlo va a ser sin duda una gran ayuda.

El valor de ofrecer el perdón

Como hemos señalado al inicio, el perdón no siempre es fácil de ofrecer. La situación se complica más si nosotros mismos nos autocastigamos por el daño hecho, por el error cometido.

“Que me des tu perdón cuando menos lo merezca será el camino por el cual podré sanar mis heridas y reconstruir mi autoestima”.

Entonces… ¿Cómo lograr que la otra persona nos llegue a perdonar?
El amor no todo lo perdona. Una traición, por ejemplo, dura para siempre y nos cambia por dentro.

Hemos de ser conscientes de qué aspectos son “zonas rojas” para nuestra pareja. Los engaños, los egoísmos, las manipulaciones o las mentiras no siempre van seguidas del perdón.

Ahora bien, en momentos de “pérdida personal”, cuando nos alejamos de la relación porque no teníamos claras ciertas cosas, porque teníamos dudas a veces infundadas, necesitamos de ese acercamiento.

El perdón es el acto más noble de valentía gracias al cual se liberan sufrimientos y se construyen a su vez nuevos caminos que pueden unirnos.

Yo acepto tu error, yo lo entiendo y te libero de esa culpa para que lo volvamos a intentar. El acto de perdonar sirve para cerrar etapas pero también para intentar otras nuevas.

Cuando mi mundo cae y tú lo levantas de nuevo

Hay que tener claro que una relación de pareja no es un “organismo estable”. Como toda entidad viva, pasamos ciclos y etapas de crisis en las que aprender de los errores para seguir avanzando.

Si uno cae el otro debe poner medios y estrategias para que el vínculo vuelva a renacer. Ser pareja es aprender a ser arquitectos emocionales del día a día, ahí donde no caben los egoísmos.

No es necesario ser responsable de la pareja en cada momento. Se trata de ser el apoyo, el compañero que puede hacer que la otra persona aprenda a levantarse por sí solo de nuevo.

Prestar apoyo no es obligar, ni recriminar ni renunciar a todo por el ser amado. Es crear puentes, es decir “estoy aquí, contigo”, es saber aunar esfuerzos para pasar juntos épocas de crisis.

Para concluir, queda claro que cuando alguien comete un error no siempre es fácil perdonar. Ahora bien, si el amor sigue existiendo, cada uno es libre de aceptar los errores que desea pasar por alto o no.

Cada pareja es única y dispone de sus propio lenguaje personal. El apoyo en momentos de dificultad crea, sin duda, auténticos vínculos que harán que la relación se fortalezca y sea más hábil para superar cualquier crisis, cualquier dificultad.

No dudes en cuidar siempre de tu autoestima, porque un corazón fuerte que sabe lo que quiere y comprende siempre aquello por lo que vale la pena luchar.

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