Sentirnos incómodos en el estado
de soledad nos puede llevar a seleccionar las parejas equivocadas, en donde la
necesidad de llenar un presunto espacio vacío resulte en una relación con la
que no nos sentimos a gusto.
Estar en soledad te
permite conocerte
La única manera en la cual
podemos conocernos realmente, no es en compañía, no es interactuando con otra
persona, interpretando alguno de los roles que forman parte de nuestra vida. Es
solamente quitándonos de encima toda máscara que forzosamente asumimos cuando
empezamos a conocernos y esto solo ocurre en soledad. Allí realmente aprendemos
a escucharnos, a conectarnos con nosotros mismos, a conocer nuestra esencia y
principalmente a amarnos.
No confundas el no
querer estar solo con querer estar en pareja
Justamente confundir el no
saber estar con nosotros mismos con querer estar con alguien es lo que nos
lleva a tomar decisiones apresuradas y muchas veces erradas. Obviamente estar
en pareja es un estado que muchas personas prefieren e inclusive este esta do quizás sea necesario para muchas cosas.
Estamos tan adoctrinados a
que debemos tener una pareja a nuestro lado para que forme parte de la
realización, que no aprendemos a manejar nuestros estados de soledad y en sus
tránsitos muchas veces podemos verlo como algo negativo, como algo que no
debería ocurrir o como una especie de penitencia por no ser lo suficientemente
bueno como para mantener o conseguir una pareja.
Valora tu soledad
Entiende que no es algo
negativo si tú no piensas que lo sea. Mientras más huimos de la soledad, peores
decisiones en cuanto al amor somos capaces de tomar. Relájate en tu proceso de
soledad, aprende a amarte, a cuidarte, a dedicar tiempo para ti. Haz todas las
cosas que estando en pareja sea más difíciles ejecutarlas. Mira a la soledad y
abrázala, finalmente es la que te permite relacionarte mejor contigo mismo sin
que más nadie intervenga.
Evita las malas compañías
Date cuenta de que eres un
ser completísimo, no necesitas que te complementen, ni que te llenen, ni mucho
menos, todo está en ti, en realidad no necesitas nada. Cuando manejes ese
principio te será más sencillo vincularte a otra persona desde el amor real,
ése que no tiene nada que ver con temores, inseguridades y necesidades… y que
te llevan casi inequívocamente a relacionarte con malas compañías, porque será
justo lo que atraigas a tu vida por miedo a estar solo.
Date tu tiempo
No hay apuro, el amor llega,
utiliza los filtros de la intuición y aprende a esperar a la persona adecuada,
a la que aporte a tu vida más alegría, la que puedas considerarla tu apoyo, la
que te ame de forma incondicional desde el desapego. Mientras más apresurado
tomes tus decisiones amorosas, más chance tendrás de equivocarte y lamentarte
luego porque no estás con la persona correcta. Sigue a tu corazón y no a tu mente
temerosa y seguramente encontrarás lo que deseas en la vida.
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