No todas las personas son
familiares, muchas veces
no somos tan afines de algunas personas y no se disfruta el espacio familiar,
en otros casos, los más comunes, la familia nos brinda un espacio de encuentro
inigualable, un calor propio de la infancia, del hogar, de los recuerdos, de
ese sabor de la comida, de esos olores de la casa, de esas personas, con sus
gestos y sus inspiraciones que nos hacen anhelar nuestra familia.
Gobierna tu casa y sabrás cuánto cuesta la leña y el
arroz; cría a tus hijos, y sabrás cuánto debes a tus padres. Proverbio oriental
El caso es que la familia es una pieza invaluable en la sociedad,
sea como sea es un pilar, una base y una institución imprescindible en el
mundo, pero más allá de las formalidades, la familia es un nido, el calor que
se encuentra con los seres que se ama, no se consigue en ninguna parte, no de
la misma manera, y esto puede ser corroborado, por aquellas personas que han
encontrado las maneras de estar en paz con su familia, de aceptarlos tal y cual
son, de tolerar y de disfrutar siempre los momentos de su compañía.
Las relaciones suelen ser
complejas, tenemos afinidad con muchas personas y antagonismos con otras, no
siempre las cosas resultan como esperamos y sufrimos decepciones, también
causamos decepciones a los demás, pero el punto está en lograr superar los avatares
de la vida, los obstáculos del camino y ello implica las relaciones con los
demás.
Jamás en la vida encontraréis ternura mejor y más
desinteresada que la de vuestra madre. Honoré de Balzac.
Podemos elegir mantener una
relación armónica con nuestra familia o simplemente tomar distancia, sin
embargo, como sea que decidamos relacionarnos con nuestra familia, siempre
tendrán un lugar especial en nuestra vida, para bien o para mal, son nuestros
recuerdos principales, vivos, donde surgen nuestros primeros aprendizajes y
enseñanzas.
Más allá de lo que pueda
creerse, debemos pensar que siempre hay una manera de acercarse y que en muchas
ocasiones, las murallas las solemos levantar nosotros mismos, por prejuicios,
por intolerancia y por resentimientos innecesarios, la familia brinda un
regocijo que no se encuentra en ninguna parte, nos recuerda nuestras raíces y
orígenes, incluso nos ayuda a entendernos a nosotros mismos, a conocernos y a
conectarnos con acciones y reacciones que tenemos y que muchas veces no
comprendemos.
El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres,
donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una
fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia. Gilbert Keith Chesterton.
Aprender
a disfrutar a la familia es un don, una virtud, pero especialmente una gran
ventaja, pues encontrar la manera de disfrutar ese calor de
hogar, por instantes, por momentos o por largo tiempo, nos dará algo
maravilloso que compartir en la vida, la solidaridad y el calor de hogar.
Aunque solemos
individualizarnos, nos hacemos independientes y formamos otras familias, el
hogar siempre estará allí, para brindarnos encuentro, queda de nuestra parte
sumar a el todas esas nuevas personas que se cruzan en nuestro camino y que se
quedan a acompañarnos y nosotros a ellos.
Disfruta
tu familia, su calor, sus instantes, su locura o cordura, vívela sin prejuicios
ni expectativas y podrás valorar algo maravilloso en la
vida, en el grado más pequeño de amor, que es la familia.
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