Sí bien es cierto que el
casarse y/o tener hijos es un proyecto hermoso que genera grandes
gratificaciones para las mujeres que lo llevan a cabo. También es cierto que un
gran número de mujeres que, aun no siendo necesario que descarten la idea, no
tienen dentro de sus prioridades estos hechos y con esto no debería haber
problema alguno.
Vivimos rodeados y sometidos
a ideas preconcebidas y “sabias” sociedades que nos indican qué patrón debemos
seguir, sin aceptar realmente lo que no encaje dentro de los estereotipos
preestablecidos.
El respeto a la vida de los
demás, mientras con su manera no esté afectando de forma negativa a su entorno,
no debe ser de incumbencia de nadie, mucho menos para juzgar o criticar. Cada
quien tiene sueños que cumplir e independientemente de lo que ellos sean, nos
gusten, nos parezcan lógicos o no, deben ser respetados.
Debemos aplaudir a cualquier
mujer que expresa sus deseos con libertad, porque es así como debe vivir, sin
que nadie le imponga algo diferente a lo que realmente quiere hacer.
Si bien es cierto que la
mujer está biológicamente preparada para ser madre, eso no representa que desee
hacerlo y a pesar de que “el instinto maternal” se desarrolla durante el
embarazo y se incrementa al momento de traer al mundo a un hijo, pues el
sentimiento de frustración por no ser eso lo que quería la nueva madre puede
marcar su vida y la de su hijo de forma negativa.
Si una mujer quiere dar
prioridad a viajar por el mundo, a su vida profesional, a poder ser dueña de su
tiempo, a no comprometerse con una familia o sencillamente a no perder su
figura, eso en tal caso solo debe involucrar a su pareja, si es que la tiene y
está en ellos acordar lo que les convenga y tomar las medidas asociadas al
tema.
De resto, nadie tiene el
derecho a señalar u opinar en relación a algo que no le corresponde, el elegir
una vida en familia es una decisión trascendental y como tal debe depender de
lo que la persona que la toma desea, sin presiones, sin manipulaciones, sin
juicios asociados, solo en respuesta a lo que quiere y cómo se ve a futuro.
Evidentemente todos podremos cambiar de opinión con respecto a tomar un
proyecto u otro y en algún momento decidir experimentar como esposa o como
madre, pero siempre de acuerdo a su voluntad.
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