Las
personas que admiro apenas caben en los dedos de una mano. Son
las que observo y escucho en silencio, son las que me enriquecen y las que casi
sin quererlo, me hacen ser mejor cada día. Ahora bien, ellas ni siquiera se dan
cuenta, porque sus corazones sonhumildes y no comprenden si quiera el alcance
de sus ejemplos.
Podríamos decir sin
equivocarnos que toda
persona necesita a alguien a quien admirar, alguien que le sirva de referente y
que le inspire. No se trata de tomar un modelo, de imitar las
palabras de un pensador, un escritor o un gurú de los medios. Necesitamos
también referentes cercanos.
Hay personas que aparecen en nuestra vida como traídos
por un casual designio en el momento más adecuado. Son un soplo de aire fresco
que reconforta mente y alma, que encaja en nuestros valores y que se instala en
nuestro corazón casi sin permiso.
Es posible que identifiques
a este tipo de personas en algún familiar, en un amigo o incluso, por qué no,
en nuestra pareja. Si es así, si ya cuentas con esa presencia positiva y
reconfortante, no la pierdas. Atiéndela, cuídala y déjate envolver por cada uno
de sus estímulos positivos.
Suele
decirse que hay presencias irrepetibles a lo largo de nuestra vida,
personas que dejan huella. Puesto que todos somos breves inquilinos de este
mundo, no dudes enaprovechar cada instante, cada momento en su compañía.
Personas
significativas que enriquecen, que suman y no restan.
Estamos seguros que a lo
largo de tu vida has conocido personas que quitan más que aportan, que restan
más que enriquecen. Es algo habitual y no por ello hemos de frustrarnos o aún
menos, darnos por vencidos.
En la vida siempre existirán personas que valgan la
pena, seres que dan calor en días oscuros y que te dirán la palabra adecuada en
el instante más necesitado. La bondad, como la luz del sol es algo que nunca se
extinguirá.
Algo que debemos tener muy
en cuenta es que para construir este tipo de relaciones positivas y
significativas, es necesario que también nosotros pongamos de nuestra parte.
Confía. Es
posible que te hayan herido bastantes veces a lo largo de tu vida, que la
familia te fallara en el instante más necesitado. Ahora bien, no cometas el
error de cerrar tu corazón, y vestirlo de amarguras.
Déjate
llevar por tus sentidos. La bondad atrae a la bondad. Si tu
esencia es noble, conectarás con alguien con las mismas características, con
los mismosvalores. Si alguna vez te equivocaste, seguro que ahora ya tienes la
lección aprendida y sabes muy bien quién merece estar en tu vida y quien no.
Aprende: las
personas no debemos dejar nunca de aprender, y para hacerlo es necesario ser
humilde. Puede que los libros te digan mucho, que la vida te haya enseñado
infinidad de cosas… Ahora bien, si hay algo auténtico y enriquecedor, es
permitir abrir nuestro corazón a personas que nos pueden enriquecer, traernos
otros puntos de vista, trasmitirnos calma y bienestar…
Los pilares de las
relaciones significativas: compromiso y confianza
No importa si esas personas
que habitan en tu alma ahora mismo son tus padres, tus hermanos, tus amigos o
tu pareja. Toda relación significativa y enriquecedora está sustentada por dos
raíces que nunca deberían quebrarse: el compromiso y la confianza.
Las personas que tocan nuestra alma inscriben en ella
una hebra dorada que nos sustenta y nos protege. Esa unión sella un compromiso
indestructible basado en la confianza y la reciprocidad.
Las relaciones
significativas, ésas que nos aportan las personas que sin saber muy bien cómo
son guías y huéspedes en nuestro corazón, se diferencian del resto de muy
diversas formas. Son pequeños detalles que se intuyen casi desde el primer momento.
-Esa amistad, ese cariño, no
se mide por la cantidad de veces que nos vemos a la semana. Ni por los favores
que nos hagamos, ni por las confesiones ni por los cafés compartidos. Se mide
por la calidad y la complicidad de esos instantes vividos.
-La confianza va más allá de
un “tú me das yo te doy”. Es un “estoy aquí para ti”, y con ello ya no hay
necesidad de decir más, el cariño y la complicidad está implícita en ambas
partes.
-En este tipo de relaciones,
y con estas personas, podemos ser nosotros mismos en toda nuestra profundidad,
matices y detalles. La otra persona conoce muy bien nuestras sombras y
defectos, sin embargo, casi sin darse cuenta nos va ayudando a ser mejor de lo
que éramos ayer.
Hay personas de esencia
verdadera, de sonrisas auténticas que nos enseñan a ser más completos. En
ocasiones, todos necesitamos de estos encuentros, porque la vida no es solo un
trabajo, comer, coger el coche o comer con la familia.
Vivir
es dejarse sorprender y permitirnos lo imprevisto, es dar la entrada a estas
relaciones positivas que nos traen vientos nuevos que
enriquecen mente y cuerpo, y que casi sin pedir permiso… se van instalando en
nuestra alma.
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