Lo que el tiempo frente a una pantalla le hace al cerebro de los niños

Pasar tiempo frente a una pantalla es una realidad ineludible de la infancia moderna, con niños de todas las edades pasan horas y horas frente a iPads, teléfonos inteligentes y televisores.
IMAGEN: PEQUESYMAS
Eso no siempre es algo malo: las aplicaciones educativas y los programas de televisión son excelentes maneras para que los niños agudicen sus cerebros en desarrollo y perfeccionen sus habilidades de comunicación, sin mencionar el tiempo y “libertad” que estos aparatos proporcionan a los padres atormentados. Pero hay que te cuidado: Una serie de estudios preocupantes conectan el desarrollo cognitivo retrasado en los niños con una exposición prolongada a los medios electrónicos. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. calcula que los niños estadounidenses gastan unas siete horas al día frente a los medios electrónicos. Otras estadísticas revelan que los niños de dos años regularmente juegan juegos de iPad o tienen juguetes que involucran pantallas táctiles.

Saturación y consecuencias a largo plazo
Cuando los niños muy pequeños se enganchan con tabletas y teléfonos inteligentes, dice el Dr. Aric Sigman, un asociado de la Sociedad Británica de Psicología y miembro de la Real Sociedad de Medicina de Gran Bretaña, y esto pueden causar daño permanente a sus cerebros aún en desarrollo. Demasiado tiempo frente a las pantalla demasiado pronto, él dice, "es la misma cosa que impide el desarrollo de las habilidades que los padres están tan ansiosos de fomentar a través de las tabletas. La capacidad de concentrarse, de concentrarse, de prestar atención, de sentir las actitudes de otras personas y de comunicarse con ellas, de construir un gran vocabulario, todas esas habilidades se ven perjudicadas ".



En pocas palabras, los padres que recurren a tener a sus hijos frente a una pantalla en un intento de darles una ventaja educativa pueden realmente estar haciendo mucho más daño que bien.

Entre el nacimiento y la edad tres años, por ejemplo, nuestro cerebro se desarrolla rápidamente y es particularmente sensible al ambiente que nos rodea. En los círculos médicos, esto se llama el período crítico, porque los cambios que ocurren en el cerebro durante estos primeros años tiernos se convierten en la base permanente sobre la cual se construye toda función cerebral posterior. Para que las redes neuronales del cerebro se desarrollen normalmente durante el período crítico, un niño necesita estímulos específicos del entorno externo. Estas son reglas que han evolucionado a lo largo de siglos de evolución humana, pero -no es sorprendente- estos estímulos esenciales no se encuentran en las pantallas de tabletas actuales. Cuando un niño pequeño pasa demasiado tiempo frente a una pantalla y no recibe suficientes estímulos del mundo real, su desarrollo se atrofia.

Y no sólo por un tiempo. Si el daño ocurre durante estos años cruciales, sus resultados pueden afectarlo para siempre.

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