Hace siglos el poeta romano
Ausonio dijo “aquel que no sabe estar en silencio, tampoco sabe hablar”. Lo
cierto es que en el mundo en el que nos ha tocado vivir, hay cada vez más
personas que hablan y cada vez menos personas que escuchan. Ese deseo casi obsesivo
de emplear el tiempo haciendo algo, también nos impulsa a hablar, como si el
silencio fuera un acompañante incómodo del que debemos liberarnos cuanto antes.
Sin embargo, en muchas ocasiones se dice más estando callados que hablando.
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Las personas que hablan
mucho aprenden poco y, a la larga, al monopolizar la conversación, terminarán
siendo evitadas por los demás ya que estos se dan cuenta de que no tienen un
espacio para expresar sus propios sentimientos e ideas. Sin duda, se aprende
más escuchando que hablando. Por eso, a veces es necesario aprender a decir más
hablando menos. A veces, hablar menos significa ser más asertivos.
Cinco formas para comunicar
más con menos palabras
1.
Da más abrazos. Un abrazo puede decir muchísimo, sin
necesidad de palabras. De hecho, hay situaciones en las que cualquier palabra
puede resultar banal y hasta incómoda. En esos casos, no hay nada mejor que un
abrazo, de esos que rompen las tristezas y acercan a las personas permitiendo
que se conecten desde lo más profundo de su "yo". Y si necesitas una
excusa más para dar un abrazo, un estudio realizado en la Carnegie Mellon
University desveló que los abrazos nos ayudan a lidiar con el estrés y
fortalecen el sistema inmunitario, lo cual se debe a que genera sentimientos positivos
que promueven la liberación de hormonas como la oxitocina.
2.
No le temas al silencio. Mark Twain dijo: “La palabra precisa
tal vez sea efectiva, pero ninguna palabra jamás ha sido tan efectiva como un
silencio preciso”. La habilidad para estar en silencio frente a otra persona
crea una sensación de intimidad completamente nueva. De hecho, estar en
silencio sin sentirnos incómodos con otra persona indica que hemos llegado a un
punto de la relación en el que no es necesario llenar los vacíos. Hay
situaciones en la vida en las que, más que agobiar con un discurso vacío, esa
persona solo necesita que estemos a su lado, en silencio, apoyándole
emocionalmente.
3.
Resume tus ideas. Una conversación necesita al menos dos
interlocutores, lo cual significa que debemos ser lo suficientemente asertivos
como para permitir que las otras personas expresen sus sentimientos e ideas. Si
monopolizamos la conversación, esta se convertirá en un monólogo que terminará
aburriendo a los demás. Por tanto, cuando vayas a expresar una idea o contar
una anécdota, ve a lo esencial, no te pierdas en detalles intrascendentes, así
le dejarás espacio a los demás para opinar o contar sus experiencias.
4.
Mantente atento a las reacciones de los demás. Una conversación es
como un baile, en el que cada persona debe mantenerse atenta a la reacción del
otro para actuar en consecuencia. De
hecho, el filósofo francés Montaigne afirmó que "la palabra es mitad de
quien la pronuncia y mitad de quien la escucha". Desgraciadamente, en
muchas ocasiones nos imbuimos tanto en nuestro argumento que nos olvidamos del
otro. Sin embargo, la clave de la asertividad consiste en captar y descifrar
las reacciones de nuestro interlocutor, para saber si le estamos aburriendo o
si nuestro discurso va por mal camino. En esos casos, basta corregir el rumbo,
eligiendo la frase precisa, o simplemente callando.
5.
Escucha, escucha, escucha... Alguien dijo que tenemos
dos orejas y una boca, y debemos usarlas en esa misma proporción. Cuando
practicamos la escucha activa no estamos asumiendo una actitud pasiva, al
contrario, estamos demostrándole a esa persona que nos importa y nos interesa
su mensaje. El acto de escuchar transmite respeto e interés, es una forma para
decirle a nuestro interlocutor que puede confiar en nosotros y que nos interesa
conocer sus opiniones y necesidades. Por tanto, no interrumpas continuamente,
escucha a los demás. Recuerda que hay ocasiones en las que un discurso bien
elaborado y las razones más lógicas no sirven de consuelo, cuando el alma
necesita llorar, lo mejor que podemos hacer es convertirnos en buenos oyentes.
Porque como dijo el gran Cortázar: "Las palabras nunca alcanzan cuando lo
que hay que decir desborda el alma".
Este articulo fue realizado gracias a rinconpsicologia.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Fuentes:
Cohen, S. et. Al. (2015)
Does Hugging Provide Stress-Buffering Social Support? A Study of Susceptibility
to Upper Respiratory Infection and Illness? Psychological Science; 26(2):
135–147.
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