La mayoría de los problemas de pareja se remedia sacando un espejo y no una lupa

Cuando hablamos de relaciones de pareja, específicamente de lo que genera problemas entre las partes vinculadas, es muy común ver a cada una de las partes responsabilizando al otro de las fallas de la relación, mientras que asumir errores, conductas perjudiciales y responsabilidades es bastante poco frecuente.
Todos tenemos defectos, todos tenemos un lado oscuro donde la contraparte de nuestras virtudes hace equilibrio. Obviamente lo ideal es que nuestra pareja genere en nosotros el efecto de tratar de ser mejores, de sacar nuestras virtudes a la luz, sin esconder nuestros defectos, sino haciéndonos conscientes de ellas y trabajando para aceptarlos y mejorarlos.
Evidentemente el problema en las relaciones no es si las personas tienen o no tienen defectos, ni la unión se genera por tener o carecer de virtudes. Los problemas de la relación radican en la manera en la cual se abordan y se trabajan las cosas.


Lo más útil para resolver las diferentes situaciones de conflicto a las que se puede ver cualquier pareja, es hacer una revisión de nosotros mismos, evaluar nuestros sentimientos, evaluar nuestros pensamientos hacia la otra persona y hacia la relación como tal. Esto es crucial, porque muchas veces no nos damos cuenta de cómo nuestros pensamientos pueden perjudicar la relación, cosas tan básicas como: esta situación no va a mejorar, ya va a llegar a la casa y lo primero que dirá será…, otra vez la misma cancioncita, si me hubiese fijado en sutano…, en mala hora vine yo a casarme sin convivir antes, etc, etc, etc. Son capaces de predisponernos de tal manera que no hay forma de que ocurra algo diferente.

Hay miles de pensamientos que nos rondan por la mente a diario y para bien o para mal los pensamientos van creando nuestra realidad… Así que evaluar esos pensamientos cuidadosamente, controlarlos y de ser posible sustituirlos por otros cargados de mejor energía hacia la relación es muy importante.

Las personas normalmente son como son, pero en nuestra mente eran diferentes, nuestras expectativas eran distintas a la realidad y a medida que el tiempo pasa nos podemos ir decepcionando porque las cosas no son como las esperábamos. Pero depende de nuestra capacidad y decisión de construir el hacer de eso un conflicto o bien convertirlo en una fortaleza, reconociendo que tenemos suficiente información como para utilizarla en pro de la relación.

Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte. JULIO CORTAZAR

Antes de colocar una lupa sobre la pareja para expandir nuestra visión de ella, para ver sus defectos con todos sus matices, conviene reconocerla como ser humano y tomar un espejo que nos permita evaluarnos a nosotros mismos, si es posible con aumento, para notar lo que no estamos haciendo bien, para darnos cuenta de cómo contribuimos al deterioro de la relación y cómo manejamos las diversas situaciones de dos que se nos presentan.

Será más sencillo que cada uno por su parte se vea a sí mismo y sea capaz de reconocer sus errores, sus defectos, sus expectativas, lo que está dispuesto a dar y a recibir y analizar cómo puede contribuir con la relación de pareja desde el amor y la construcción, usando sus mejores recursos y aportando las mejores energías en pro de una relación de pareja que genere bienestar, seguridad, confianza y sobre todo que dé a cada uno la oportunidad de ser ellos mismos, bajo parámetros de aceptación, amor y respeto.

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