Muchas veces se torna muy
difícil tener paciencia, estar a la expectativa y sentir paz, no tener las cosas
en el momento justo, batallar tanto para lo que queremos conseguir. Pero
resulta que somos nosotros mismos quienes nos hacemos nuestra ruta más
complicada, los que siempre queremos algo más, los que siempre estamos
inconformes y nos hace falta algo para complementar nuestra vida.
Y la verdad es que todo es
mucho más sencillo y cuando dejamos que los milagros ocurran en nuestras vidas,
cuando dejamos de preocuparnos, cuando comenzamos a pensar positivamente y
nuestras acciones son llevadas a cabo sin miedos, sin expectativas, es cuando
todo mágicamente da un giro a nuestro favor.
Está bien tener metas, está
bien hacer planes, está bien trabajar por lo que queremos, lo que es necesario
revisar es la actitud con la que esto se hace, cuales son los pensamientos que
nos rondan, están vinculados al éxito o lo contrario, son pensamientos que nos
impulsan o nos paralizan? Actuamos con miedo o con confianza de que las cosas
tendrán el desenlace que queremos?
En mi vida he pasado por
situaciones muy difíciles, otras muy gratificantes como todos, pero he logrado
aprender, no solo por las experiencias en sí, sino haciendo un análisis de mi
actitud, de mi pensar y hasta de mi fe en cada situación, he logrado darme cuenta de que cuando dejas
de intentar controlarlo todo y solamente te relajas, algo en tu interior se
abre para recibir lo mejor que el universo tiene disponible para nosotros…
Cuando aceptamos de antemano que algo nos corresponde con fe natural, es cuando
realmente estamos preparados para recibirlo.
Mientras más confiados y
relajados estamos con respecto a cualquier cosa que nos proponemos, más
posibilidades tenemos de conseguirlo… Estamos abiertos a aprender lo que nos
hace falta, estamos dispuestos a aceptar en nuestra vida a aquellas personas
que actuarán de alguna forma para que las cosas se abran paso.
La vida es más de lo que
podemos ver, si abrimos nuestro corazón ante las cosas que se encuentran en
otros niveles de comprensión, a un nivel de consciencia superior, podremos ver
que lo que debemos preparar en nosotros mismos es nuestra mente para que
trabaje a favor, nuestro merecimiento, creer que nos merecemos eso que
anhelamos es fundamental, alejándonos de la culpa, de los rencores, de los
miedos, y más bien acercándonos a la luz, a la fe, a la esperanza y a la
certeza. Hagamos de nuestra vida una creación consciente y que ésta sea toda
una obra de arte cargada de todo lo bello de la vida.
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