Algunas veces podemos
desestimar el valor de una demostración de afecto tan poderosa como resulta el
abrazo, siendo este un aliciente para cualquier persona que lo recibe y
llenando de buena energía a quien lo da.
Un abrazo puede sacarnos por
momentos de cualquier conflicto, obviamente no cambiará nuestra realidad, pero
sí nos dará fuerzas, nos llenará de esperanzas y nos hará sentir que cualquiera
que sea nuestro tránsito, no estamos solos, contamos con personas que nos
transmiten su afecto y nos hacen calmar nuestras angustias e inclusive
compartir nuestra felicidad a través de un simple pero poderoso abrazo.
Particularmente me gusta
demostrar mi presencia, mi solidaridad y mi afecto a través de abrazos cálidos,
que hablan inclusive mejor que mis palabras, me emociona mucho cuando mi hijo
me dice: un abracito mami y cuando se lo doy, me dice, otro y otro… es
absolutamente nutritivo y me recarga de las energías que necesito para seguir
adelante, para apreciar lo afortunada que soy, los detalles que siempre tengo a
mano para entender el propósito de la vida, que para mí no es otro que la
felicidad.
Un abrazo puede transmitir
lo que a veces nos cuesta pronunciar, activa en nosotros una liberación de
hormonas fabulosas asociadas a la felicidad, a la tranquilidad, es un sedante natural
sin ninguna contraindicación.
Algunas veces por pensar que
no lograremos nada, por timidez, por restarle importancia o sencillamente no
estar acostumbrados, nos limitamos de abrazar a nuestros afectos, pero si lo
tomamos como hábito, nos daremos cuenta de que resulta en una de las más
cálidas demostraciones de afecto, en donde al menos por un momento nada duele,
todo se puede superar y estamos con quien le importamos.
Abraza desde el
corazón
Cuando tengas cerca a un ser
querido y te provoque o sientas que alguno de los dos lo necesita, no lo dudes,
abrázalo desde tu corazón e irrádiale toda esa fuerza que llevamos dentro, que
cuando se une a través de la energía del amor, nos envuelve con un escudo que a
las adversidades les cuesta atravesar.
Todos somos uno solo, todo
está conectado, pero cuando físicamente se genera esa unión, es como si nos
alineáramos para un mismo fin, dándonos y cargándonos de lo que necesitamos
para seguir celebrando, para continuar una batalla, para drenar una pena, para
decirnos sin palabras: te amo.
Este articulo fue realizado gracias a rincondeltibet.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Comentarios
Publicar un comentario