¿Por qué siempre sentimos
que necesitamos de algo o alguien más para ser felices? ¿Por qué atamos nuestra
estabilidad emocional a otras personas, a relaciones o a logros? ¿Acaso no
podemos alcanzar un nivel de plenitud sin necesidad de esperar que alguien nos
de lo que esperamos?…
Estas son reflexiones que
vale la pena hacer, tomarnos un instante de nuestra vida para evaluar que es lo
que buscamos y por qué razón buscamos permanentemente en otras personas.
Ante todo es necesario cuidar del alma si se quiere
que la cabeza y el resto del cuerpo funcionen correctamente. Platón.
Una media naranja, un
complemento, la mitad que necesitamos, el trabajo perfecto, la casa soñada,
viajar y ser osado, vivir sin limitaciones…cualquier aspecto u orientación que
tomamos, siempre es buscando conseguir fuera aquello que de seguro nos dará
paz, tranquilidad, intensidad, o lo que sea que estemos buscando.
Todos los seres humanos,
tenemos la capacidad de cultivar nuestra alma, de nutrirnos espiritualmente y
de activar en nosotros, todas las virtudes necesarias para limpiar nuestra
mente, para educar nuestros pensamientos, para ser capaces de vivir con
serenidad y satisfacción sin tener que plantearnos recurrentemente una meta o
esperar algo de alguien.
El alma es un vaso que sólo se llena con eternidad.
Amado Nervo
Vivimos llenos de
frustraciones, de decepciones e inconformidades, ocurre simplemente que siempre
estamos en una constante espera, que llegue esa persona indicada que nos
comprenda y nos ame como somos, que encontremos ese aliciente espiritual que de
seguro nos hará mejores personas, recibir ese incentivo monetario que resolverá
nuestros problemas, en fin, cualquier escenario que nos planteemos fuera de
nuestra alma y de nosotros mismos, en lugar de dedicarnos a plantar y regar esa
semilla en nosotros.
Si decides esperar a que
alguien lleve flores a tu vida, en lugar de sembrar con tus propias manos esos
momentos hermosos, esos instantes de paz que te reconfortarán y esa sabiduría
que te dará la entereza de tolerar y de ser compasivo ante la vida, quizás te
quedes eternamente esperando por ese ramillete que te dará paz.
El alma no tendría arcoiris si los ojos no tuvieran
lágrimas.
Cheney John Vance.
No podemos responsabilizar a
nadie de nuestra propia felicidad, no podemos esperar que alguien nos saque una
sonrisa, el sonreír, el amar, el disfrutar, el ser amables, amorosos y
compasivos, son solo virtudes, entre muchas otras, que deben partir de nosotros
mismos, de nuestro interior, con naturalidad, con certeza y con absoluta
convicción de que somos dueños de nuestras acciones y de lo que extendemos a
los demás.
Cultiva tu vida, desde y
para ti mismo, todo aquel que se sume a tu camino será una contribución y un
nuevo aprendizaje, procura no esperar la llegada de nada ni de nadie para
cultivar tu jardín, para ensanchar tu alma y para llenarte de amor, por el
contrario, que todo aquel que se acerque, pueda percibir de tu vida ese hermoso
y maravilloso aroma de la esperanza, que tengas lugar en el jardín de tu alma,
para ofrecer siempre algo a los demás, sin tener que esperar que algo llegue a
ti para motivarte.
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