El compromiso es un tema que atrae a muchas parejas a la
terapia. La palabra tiene una definición única, pero tiene significados
infinitos. Para muchas personas, el compromiso incluye un reconocimiento
emocional de un nosotros, en que estamos juntos y decidimos ser parte de una
pareja. Y en el plano práctico, significa la posibilidad de planificar un
futuro -aunque sea sólo el fin de semana- y un sentido de continuidad.
IMAGEN: NJWEDDING |
¿Cómo sabemos cuándo permanecer o cuándo dejar este tipo de
relación?
No hay reglas sobre esto. Cada vez que hacemos la elección
de quedarnos o irnos es único, y a veces lo hacemos una y otra vez dentro de la
misma relación.
En el nivel más concreto, siempre podemos preguntar a
nuestra pareja si y cuándo estará dispuesto a reunirse con nosotros en el nivel
de compromiso que deseamos. A veces la respuesta que recibimos es reconfortante
y nos da la sensación de que nos dirigimos en la dirección que queremos. Pero
más a menudo la respuesta es insatisfactoria y no nos deja saber si lo que
queremos en la relación nunca sucederá, por lo general porque nuestra pareja no
lo sabe. Vivir con tanta incertidumbre puede causar dolor y ansiedad, y
conducir a la inseguridad y el resentimiento.
Lo más importante es que poseemos nuestra verdad, que es
nuestro deseo de más compromiso.
Debemos dejar de juzgar y culparnos por necesitar lo que
deseamos. Durante años he oído a las mujeres condenarse a sí mismas por ser
demasiado exigentes o no ser capaces de averiguar cómo estar bien sin lo que
fundamentalmente quieren. He oído toda racionalización posible de por qué tiene
sentido prescindir de algo que fundamentalmente queremos. En el contexto de una
relación, no hay nada "budista" sobre no ser capaz de hacer planes
para el futuro, o con alguien que no está seguro acerca de nosotros. Incluso si
todo es impermanente en el sentido absoluto, todavía tenemos que crear lugares
de seguridad en nuestras vidas, donde el terreno es sólido -o al menos, tan
sólido como pueda ser-.
Tenemos ciertas cosas en las relaciones y renunciamos a otras.
Cuando no estamos recibiendo el compromiso que queremos, debemos preguntarnos
si el balance es viable, es decir: ¿Estoy recibiendo lo suficiente para
renunciar a lo que estoy renunciando?
Sólo podemos responder esto en cada momento por separado, y
la respuesta cambia con el tiempo. Sabemos que debemos partir cuando ya no
podemos tolerar o soportar la situación en la que estamos, cuando la ecuación
cambia y es demasiado doloroso prescindir de lo que realmente queremos. Salimos
cuando el deseo no realizado de compromiso se convierte en resentimiento, y ya
no podemos disfrutar o apreciar lo que ofrece nuestra pareja.
Nadie puede responder a la pregunta de si permanecer o
salir en vez de nosotros. Pero cuando dejamos de juzgarnos por querer lo que
queremos y profundizar en nuestra propia verdad, encontraremos la respuesta que
buscamos.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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