¿Cuál es tu color favorito? (Y por qué tu respuesta es importante)

Aunque la pregunta "¿cuál es tu color favorito?" Transmite un sentimiento que es claramente identificable y universal, su simplicidad desmiente tus fundamentos matizados. En la vuelta del vigésimo siglo, muchos investigadores postularon que la preferencia del color era demasiado idiosincrásica para el estudio en el laboratorio. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que la preferencia de color puede tener que ver con la respuesta afectiva de una persona a objetos de cierto color, así como experiencias personales. Esta predicción ha sido acuñada la teoría de la valencia ecológica.
IMAGEN: SONIA KOCH
A pesar de la variabilidad sustancial en la preferencia de color entre los individuos, las pruebas han demostrado que hay patrones con respecto a la preferencia de color. Por ejemplo, algunas investigaciones sugieren que las personas tienden a preferir el color con una saturación más profunda. Otras investigaciones han demostrado que, aunque muchas personas prefieren azul, relativamente pocos favorecen amarillo o verde amarillo.

Podemos explicar mejor la teoría de la valencia ecológica usando algunos ejemplos: Una persona puede preferir el color naranja porque asocia este color con cosas que le gustan, como las naranjas o las zanahorias. Por el contrario, a muchas personas les puede desagradar el color marrón, ya que se asocia con heces, suciedad, decadencia o la muerte. Alternativamente, una persona puede preferir un cierto color debido a las experiencias personales positivas - un hombre puede elegir púrpura porque recuerda con cariño a su padre recogiéndolo después de la escuela en su Corvette púrpura.



Otra hipótesis predominante que explica la preferencia por el color tiene que ver con la biología. La preferencia de color puede estar enraizada en las diferencias individuales en la composición del cono. Los conos son células fotorreceptoras localizadas en la retina que permiten la visión del color. Las diferencias en la composición del cono podrían producir diferencias en las sensibilidades de umbral a ciertos colores, dando lugar a preferencias de color variables.

En un artículo informativo, "Las influencias ecológicas en las diferencias individuales en la preferencia de color", Karen Schloss y co-autores examinaron preferencias y disgustos a los colores usando conjuntos de objetos que se asocian con ciertos colores. Sus resultados apoyan la teoría de la valencia ecológica y no apoyan hipótesis biológicas que expliquen la preferencia por el color.

Una nota final: La teoría de la valencia ecológica puede estar arraigada en la evolución. En otras palabras, las personas pueden gustar ciertos colores porque los objetos asociados con estos colores son beneficiosos para ellos y promueven su bienestar. Por ejemplo, una persona puede tener gusto del azul porque asocia el color con agua potable limpia o aire fresco, smog-libre. Por lo tanto, puede sentir el impulso de acercarse a los objetos azules. Por otra parte, puede no agradarle los objetos amarillos debido a su asociación con los desechos corporales como la orina o el pus y así evitar los objetos amarillos.


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