Mucha gente es buena en lo que hace. Algunos son incluso
elite. Unos pocos seleccionados son completamente imparables.
Los que son imparables están en su propio mundo. No
compiten con nadie sino con ellos mismos. Nunca se sabe lo que harán. A pesar
de que no compiten contigo, te hacen competir con ellos.
¿Eres imparable? Al final de este artículo lo serás.
Sé
sincero contigo mismo
Aunque el 70 por ciento de los empleados estadounidenses
odian sus empleos y sólo uno de cada tres estadounidenses dice ser feliz, la
gente implacable e imparable purga todo lo que odia de su vida.
Ten el respeto de ti mismo y la confianza para vivir la vida
bajo tus términos. Cuando algo no está bien en tu vida, cámbialo.
Inmediatamente.
Nunca
dejes la presión
"La presión puede romper tuberías, pero también puede
hacer diamantes." - Tim Grover.
La mayoría de las personas pueden manejar la presión en
pequeñas dosis. Tú nunca te quites la presión. En lugar de eso, sube continuamente
la presión. Es lo que te mantiene alerta y activo.
No
tengas miedo de las consecuencias del fracaso.
La mayoría de la gente se queda cerca del suelo, donde es
seguro. Si caen, no dolerá tanto. Pero cuando decides volar alto, la caída
puede matarte. Y tú debes estar de acuerdo con eso. Para ti, no hay techo y no
hay piso. Todo está en tu cabeza. Si algo sale mal – si "fallas" –
corriges la falla y continúas.
No
compitas con los demás. Haz que compitan contigo.
La mayoría de las personas están compitiendo con otras
personas. Ellos permanentemente están al tanto de lo que hacen los demás (su
"competencia"). Como resultado, imitan y copian lo que
"funciona".
Por el contrario, tú has dejado atrás toda la competencia.
Competir con los demás no tiene sentido para ti. Te saca de tu zona auténtica.
Así que te deshaces de todo el ruido externo y empiezas a presionarte a ti
mismo para sacar lo mejor de ti.
Nunca
dejes de aprender.
La gente común busca entretenimiento. Las personas
extraordinarias buscan educación y aprendizaje. Cuando quieres ser el mejor en
lo que haces, nunca dejas de aprender. Nunca dejas de mejorar y perfeccionar
tus habilidades y conocimientos.
Su preparación sin precedentes es lo que te da poder. Nadie
más está dispuesto a pagar el precio que has pagado.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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