Por:Edith Sánchez
Seguramente
has oído hablar de la oxitocina, una hormona asociada a muchos de nuestros
gestos de cariño, como los abrazos. Su fama es bien merecida.
Se trata de un hallazgo científico muy valioso, que corrobora algo que todos
hemos sabido desde siempre: los abrazos confortan, sanan y hacen la vida más
feliz.
Hace unas décadas se
descubrió que cuando las mujeres dan a luz segregan fuertes cantidades de
oxitocina. Esta hormona atenúa el dolor del parto y, en cambio, facilita que
aparezca un sentimiento intenso de afecto por el recién nacido. Se traduce en
deseos de abrazar, de dar besos, de acariciar.
Lo mejor vino después. Con
diferentes experimentos que se realizaron en todo el mundo, pudo comprobarse
que eran muchas más las situaciones que activaban la producción de esta
hormona. Se descubrió, por ejemplo, que un abrazo de 5 segundos la estimula;
pero uno de 20 segundos la activa y equivale a un mes de terapia. Maravilloso,
¿cierto? Pero la cosa no para ahí. Los besos que son percibidos como una
manifestación de amor son también liberan oxitocina.
Te abrazo y corren las mandarinas; te beso y todas las
uvas sueltan el vino oculto de su corazón sobre mi boca”
–Gioconda Belli–
El
bienestar emocional no es la única consecuencia positiva de la segregación de
esta hormona. También incide decisivamente en el bienestar físico. Ayuda
a que te enfermes menos y a que sanes más rápido, en caso de que algo te
afecte. Fortalece el sistema inmunológico y mejora el funcionamiento de tu
corazón. Es un pequeño prodigio químico que enriquece tu vida.
¿Cómo activar la
hormona de los abrazos?
La oxitocina es una hormona
que se activa fundamentalmente a través del contacto físico. Se libera
fácilmente a través de los abrazos y los besos, pero también responde a otros
estímulos como una palabra afectuosa o incluso una simple palmadita en el
hombro.
Todos tenemos en la piel
unos receptores que se llaman corpúsculos de Meissner. Esos componentes nos
permiten percibir la temperatura, la textura de las cosas, las caricias, los
pellizcos, etc. Tan pronto como reciben el estímulo, envían una señal a tu
corteza cerebral que interpreta de qué clase de estímulo se trata. Pues bien,
tenemos más de estos corpúsculos en las manos y en los labios.
En un experimento llevado a
cabo en la Universidad de California se monitoreó el funcionamiento del cerebro
de un grupo de voluntarios a través de resonancias magnéticas funcionales. Así
se pudo comprobar que un abrazo estimulaba notablemente la producción de
oxitocina. En el grupo estudiado, dicho abrazo debía provenir de una persona
por la que no se sintiera atracción sexual, ni enamoramiento. Este estudio
también probó que a más oxitocina, menos
cortisol, que es la hormona del estrés.
Datos que quizás no
conoces sobre la hormona de los abrazos
Para que comprendas mejor el
funcionamiento de la hormona de los abrazos, a continuación compartimos algunos
datos que quizás no conocías y que te permitirán entender por qué la oxitocina se ha convertido en el centro de interés
de muchos estudios.
La
hormona de los abrazos se produce en la glándula pituitaria.
Está regulada por las células del hipotálamo, que a su vez incide en todas las
glándulas del organismo. Como quien dice: tiene que ver con todo el cuerpo.
Cuando
la oxitocina se produce, aparece en la sangre. Si
eso ocurre, la amígdala desencadena una serie de reacciones que se traducen en
un comportamiento más generoso y tranquilo.
En
1998 se descubrió que los niños autistas tienen niveles menores de oxitocina. En
2003 se hizo un experimento en el que se les administraba esta hormona por vía
intravenosa y se observó un descenso en las conductas automatizadas de estos
niños.
La
oxitocina es un excelente antídoto contra los miedos y fobias sociales. En
otras palabras: si estás en una situación social que te provoca temor,
probablemente un abrazo de alguien que en ese momento tengas cerca te
reconfortará.
Los
abrazos contribuyen a disminuir la tristeza y a mejorar el funcionamiento de la
presión arterial. Por otro lado, los besos tienen un efecto
similar al de un analgésico, pero además contribuyen a quemar calorías y a
disminuir las arrugas.
La
hormona de los abrazos también contribuye a que se produzca más serotonina y
dopamina. En palabras más comunes, reduce el estrés y ayuda a que tengas una
actitud más positiva frente a la vida.
La
industria famaceutica permite que podamos aumentar nuestros niveles de
oxitocina mediante fármacos. Pero, ¿por qué privarte de los abrazos y los
besos? No tienes que buscarlos en ninguna farmacia, son
gratuitos y además te ayudan a romper esas barreras de soledad. Barreras que
muchas veces son las potenciadoras de tus angústias.
Fuente: el post completo y original lo puedes consultar en lamenteesmaravillosa
Muy interesante información referente a todos los beneficios de un simple abrazo y un beso, todo lo que nuestro cuerpo y mente puede producir con éstos dos simples hechos y todos los beneficios que a nivel corporal y mental logramos con hacerlo, a abrazar y besar más a nuestros seres queridos,es gratis y nos beneficiarán a ambos !!!
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