Una las incesantes búsquedas
del ser humano está asociada a la de la paz, que aunque cada persona puede
tener un concepto y percepción de ella, en términos generales encierra el
estado en el cual nos sentimos serenos, sin perturbaciones externas o internas
y más allá de la situación que vivamos podemos encontrar nuestro centro y
refugiarnos en él.
Ciertamente hay condiciones
que favorecen o atentan contra los estados de paz, con la capacidad que tiene
cada quien de mantener la calma, de estar tranquilos, no disimulando, sino
realmente inafectado por lo que ocurre. No tiene que ver con indolencia,
ignorancia o poca empatía, tiene que ver con un estado de consciencia que
permite romper un vínculo de identificación con las situaciones, que en
escenarios corrientes nos definen.
Debemos tomar el control de
nuestra vida y establecer los parámetros que sean necesarios para sentirnos a
gusto, esto en un principio podrá ser vulnerado por personas que no contribuyan
a nuestro estado de equilibrio, por momentos de ansiedad a lo que pueda
ocurrir, por situaciones estresantes o que nos empujen a preocuparnos de manera
constante. Sin embargo, mientras más dominio tengamos de nuestra mente y mayor
facilidad desarrollemos para conectarnos con nosotros mismos, será mucho más
difícil que los factores externos puedan perturbarnos.
Debemos hacer un análisis
interior y ver qué tipo de proyecciones estamos haciendo en nuestra vida, qué
tipo de situaciones toman protagonismo, qué tipo de personas son las que nos
rodean y buscar siempre mantener la armonía, independientemente de lo que vivamos,
que todo tenga un espacio, un orden y una posición en nuestra escala de
prioridades.
Tengamos la suficiente
autonomía como para manejar las cosas que nos afectan, no le demos mayor poder
a nada de los que nos ocurra y ante cualquier conflicto externo, refugiémonos
en nuestro interior, allí está todo lo que necesitamos, todo lo que buscamos y
eso que llamamos paz, felicidad, que inclusive se la podemos endosar a alguien
más está justo dentro de cada quien.
Nuestro mundo exterior debe
ser un reflejo de nuestro mundo interior, si vivimos en un caos físico, alguna
relación está teniendo con cómo nos sentimos, así que un buen avance consiste
en darle orden a nuestros espacios, a los sitios en los cuales nos
desenvolvemos, como es adentro es afuera. Nuestras actividades también deben
estar planificadas, esto nos evitará el estrés propio de la desorganización e
improvisación y tendremos más espacios físicos y mentales para dedicarnos a lo
importante.
No negocies tu paz con
nadie, cualquier cosa cuyo costo sea tu paz, es extremadamente costosa y de
seguro no valdrá la pena.
Fuente: el post completo y original lo puedes encontrar en rincondeltibet
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