¿Sabías que el contacto
físico favorece la conexión neuronal y acelera el desarrollo de estructuras
cerebrales? Los abrazos también ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y
transmiten calma
Los niños llegan a este
mundo desnudos y necesitados de calor, emociones y, ante todo, unas raíces
desde las cuales crecer. Los abrazos, lo creamos o no, edifican el buen
crecimiento emocional y físico de los más pequeños.
Es posible que a más de uno
le haya sorprendido la expresión”abrazos para sentirse parte del mundo”. Esta
idea encierra en realidad la necesidad básica de aportar seguridad y
reconocimiento al niño.
Una criatura segura que se
siente reconocida y valorada a través del afecto de los abrazos, de las
caricias y las palabras positivas,obtiene el aliento necesario para abrirse
paso por el mundo con una mejor autoestima.
Te invitamos a reflexionar
sobre ello.
Necesito tus abrazos para
encontrarme a mí mismo
Un dato que debe obligarnos
a descubrir es la importancia del contacto físico en la crianza del niño, y es
que, en los orfanatos, aquellos bebés que no reciben caricias, abrazos y
palabras frecuentes, no se desarrollan de forma saludable.
Un niño que llora y que no
es atendido dejará de llamar la atención del adulto porque comprende que no va
a ser respondido. Un llanto que no se atiende genera estrés en el cerebro del
pequeño.
Una criatura que no es
abrazada, a la que no se le ofrecen refuerzos positivos constantes, desarrolla
un sistema inmunológico más débil. Además, sus estructuras cerebrales estarán
marcadas por la ansiedad, y la desprotección.
El contacto físico son
estímulos sensoriales que favorecen la conexión neuronal. Cuantas más caricias,
más abrazos y más palabras, daremos paso a un mayor tejido neuronal y unas
estructuras cerebrales que se desarrollan más rápido.
Te recomendamos leer “ser
madre es tener el corazón fuera del cuerpo“
No dudes pues en ofrecer
todo el contacto físico que te sea posible en esos primeros años de vida de tu
hijo. La unión que estableces con ellos va más allá de la piel, es la magia de
unos sentidos que edifican puentes para que el niño, el día de mañana, se
sienta más seguro, más feliz.
El efecto tranquilizador de
los abrazos
Las caricias y los abrazos
son gestos terapéuticos cargados de significado. Lo que se sucede en nuestro
cerebro con esa unión de la piel y el alma genera cambios muy interesantes que
debemos tener en cuenta.
Los abrazos relajan
Cuando nos acarician o
abrazan con intensidad nuestro cerebro segrega oxitocina. Esta hormona regula
los estados de tristeza, tiene un efecto calmante en los niños y adultos y
aumenta nuestras defensas naturales.
No es necesario que un niño
llore para que lo abracemos y se calme. Cualquier momento es bueno.
Los abrazos tiene más poder
si vienen de parte de personas significativas
Ahora bien, todos sabemos
que cuando los niños se hacen mayores ya les molesta un poco este tipo de
gestos. Reclaman independencia y ven estas muestras de afecto como algo
reservado a la infancia.
#Aunque los eviten, en su
interior los siguen agradeciendo. Les demostramos que los queremos, que les
damos valor como persona y los reconocemos como parte importante de nosotros
mismos. De nuestra familia.
#Algo que debemos tener en
cuenta es que un abrazo tiene más poder si nos lo ofrece alguien a quien
amamos. Un niño agradecerá un abrazo de su maestra, pero los tuyos, los de su
madre y su padre, ofrecen mayor calma, mayor emoción.
#Una forma en que nuestros
niños van a integrar el buen hábito de dar abrazos, es que los vean día a día
en casa. Deben ser algo normal y cotidiano.
Abrazos para disuadir miedos
Vivir un mal día, tener una pesadilla,
mostrar inseguridad, temor, tener dudas, tener frío, sentir inquietud…
Cualquiera de estas dimensiones puede ser aliviada y apagada con los abrazos.
#El desarrollo emocional de
un niño suele atravesar muchas de estas situaciones. En ocasiones, nosotros no
nos damos cuenta de que han tenido un mal día en el colegio, de que los celos
por sus hermanos les aboca a pensar cosas erróneas.
#Por ello, en ocasiones, el
poder de un abrazo es superior a una palabra. No dudes en abrazarlos cuando lo
necesiten o cuando veas que se apagan sus sonrisas. Al instante notarás cómo
cambia su expresión, y cómo se desaparecen esas sombras momentáneas que todos
tenemos.
Los abrazos nos unen a las
personas que amamos y destruyen miedos e inseguridades. Los abrazos nos dan
raíces y nos hacen parte del mundo.
Fuente: el post completo y original lo puedes encontrar en mejorconsalud
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