Cuando me calmé y fui realmente honesta conmigo misma,
empecé a anhelar un nuevo comienzo y una aventura. Quería dejar ir todo lo que
realmente no me trajo ninguna alegría a mi vida y ver lo que me esperaba del
otro lado. Pasé algún tiempo ignorando este deseo, pero llegué a un punto en el
que ya no podía dejarlo a un lado por más tiempo. Y esto sucedió en Hawaii.
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IMAGEN: PEXELS |
Mientras leía una revista de jóvenes, me dirigí con
entusiasmo a la sección en la que había artículos de mujeres que viajaban en
sus furgonetas. Inmediatamente me inspiraron. Aspiraba a ser como ellas. De
repente, sentí una sensación de hundimiento y tristeza cuando me di cuenta que
casi todas esas mujeres estaban en la aventura con sus parejas.
Pase de sentirme tan inspirada y emocionada, a sentirme
avergonzada por no haber encontrado el amor aún, a esa persona con la que
compartir viajes y aventuras. Una vez que estos sentimientos se calmaron, me
puse a pensar en todas las veces que dejé de intentar hacer algo y realmente
vivir mi vida sólo porque no tenía una pareja con quien hacerlo.
¿Qué ejemplo le estaba dando al mundo con ese
comportamiento? La respuesta: Si no seguía lo que quería esta vez, me
arrepentiría toda mi vida.
Y así empezó la travesía de dejar ir la vida que había
construido durante 15 años, para empezar a dejarme llevar por la majestuosidad
del océano.
No quería dejar que las normas sociales me detuvieran esta
vez.
Preparándome
Me deshice de posesiones que utilizaba hace muchísimo
tiempo. Vendí todos mis muebles, piezas de cerámica, espejos, entre otras
cosas. Done bastante de mi ropa a la caridad y me quede solo con algo de 10
artículos. Lloré cuando vendí mi auto de 10 velocidades. Pase muchos días de
tristeza y melancolía, abrumado por la duda y el miedo, pero todo era parte del
proceso.
Incluso me mudé de nuevo con mis padres un par de meses
antes de la salida. Mientras que la mayoría de la gente siente que volver a su
casa de la infancia es un golpe fuerte a su ego, yo me sentí verdaderamente
privilegiada de tener la oportunidad de pasar tiempo de calidad con los dos
seres humanos más influyentes en mi vida. Sigue siendo uno de los períodos más
memorables de la experiencia hasta ahora.
Después de meses de cambios lentos y constantes, era hora
de partir. Con mi auto compacto lleno hasta el borde y mi perro tomando más
espacio de lo que necesitaba, llegamos a la carretera.
Exploración
Durante cinco semanas exploré Estados Unidos. Pasamos de
jugar en las cascadas de Pensilvania a dormir bajo las estrellas del parque
Joshua Tree y coger las mejores olas en playas increíbles. La aventura estaba
más allá de lo que esperé.
El camino por Estados Unidos sólo fue la primera parte del
viaje. Con el abrumador “debes ir allá”, “es mejor por acá” de mis amigos, mi
familia y sobre todo mi ego, debía escuchar atentamente lo que mi intuición
tenía que decirme.
“Ve a Tofino, Canada”, “Ve a ese increíble océano”, “Surféalo”,
“Relájate en sus hermosas tierras”. Una vez más, hice lo que mi intuición me
dijo.
Llegada
Ahora estoy aquí. Escribiendo desde este café que se ha
vuelto mi favorito luego de haber dado un paseo por la playa con mi perro. En
un comienzo, pensaba quedarme un par de semana, pero ahora me quedaré dos meses
más. Vivo a pocos minutos del mar, tal y como lo había soñado.
¿Qué es lo que ansía tu alma? ¿Qué dice tu intuición cuando
te callas? ¿Qué estás dispuesto a dejar ir para conseguir lo que quieres?
Te invito a contestar estas preguntas y ver lo que surge en
ti. Las respuestas pueden forzarte a transformarte. No temas del proceso que te
llevará en este viaje. Si permaneces fiel a ti mismo y te vuelves a conectar
con esa llamada interior, verás una y otra vez que tu corazón realmente sabe
qué camino seguir.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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