¿Cómo
empezamos a vivir así? ¿Por qué nos hacemos esto? ¿Por qué le hacemos esto a
nuestros hijos? ¿Cuándo olvidamos que somos seres humanos, no robots?
¿Qué pasó con el mundo en el que nos podíamos sentar con
las personas a las que amábamos y tener una larga conversación sobre nuestras
vidas, sobre nuestro esta de ánimo, sobre nuestra salud?
IMAGEN: PEXELS |
Esta
enfermedad de estar “ocupados” (y sí, llamémosle como lo que es, una
enfermedad) es espiritualmente destructiva para nuestra
salud y bienestar. Anula nuestra capacidad de estar plenamente presentes con
aquellos a los que amamos y nos impide formar el tipo de comunidad que todos
anhelamos.
Desde 1950 tenemos tanta innovación en tecnología que pensamos
(nos prometieron) que nos haría la vida más fácil, rápida y simple. Sin
embargo, hoy no tenemos más tiempo libre que hace décadas.
Algunos de nosotros, “los privilegiados”, tenemos la
posibilidad de trabajar desde casa. Pero estamos con pegados a nuestros
dispositivos. Todo. El. Tiempo. Los
smartphones y laptops significan que no hay división entre la oficina y el
hogar. Cuando los niños están la cama, estamos de vuelta en línea.
Para otras personas la realidad es un poco diferente y más
dura. Trabajar en dos empleos de bajos salarios es la única forma de mantener a
flote a sus familias. El 20% de los niños en el mundo viven en la pobreza y
muchos de sus padres trabajan con un salario mínimo solo para darles un techo y
algo que comer. Estamos muy ocupados.
Los viejos modelos de familias, en los que el padre
trabajaba y su familia lo esperaba en casa, ya no existen. Ahora tenemos muchas
madres y padres solteros. Familias nucleares de 3 o 4 integrantes como máximo
en donde los padres ven a sus hijos en la mañana, unos minutos y luego en la
noche.
Esto no tiene por qué ser así.
Si te pregunto, ¿Cómo estás? Es porque realmente quiero
saber cómo estas, no quiero como respuesta un “estoy ocupado”.
No estoy preguntando cuantas cosas tienes por hacer. Lo que
quiero saber es cómo está tu corazón en este momento. Dime que recuerdas que
eres un ser humano y no un robot. Dime que eres más que una máquina que cumple
tareas. Conversa conmigo, cuéntame cómo te sientes.
Permitámonos interactuar con nuestros seres queridos y
compartir con ellos nuestras emociones y sentimientos. Dejemos el “Estoy ocupado” a un lado.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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