Amarnos parece ser algo
tácito, y muchos de nosotros podemos afirmar que así es, sin embargo,
muchísimas personas podemos no ser tan coherentes cuando de demostraciones de
amor hacia nosotros mismos se trata.
Resulta que muchas veces
nuestras acciones no están orientadas a ese amor que podemos sentirnos, o
sencillamente ponemos como prioridades otros amores, lo cual nos puede hacer
actuar en contra de lo que queremos, de lo que nos hace bien o sencillamente
nos conviene.
Yo digo: Ámate a ti mismo, así te amarán también los
demás. ― Nietzsche
Aprender a amarnos es
crucial y ofrecernos esa fidelidad que nos resguardará toda la vida es muy
importante para nuestra salud física, mental y emocional. Debemos valorarnos y
respetarnos, debemos hacer valer nuestros derechos, considerando nuestras
necesidades, considerando lo más apropiado para nosotros.
Este tipo de pensamientos a
menudo puede confundirse con egoísmo o con egocentrismo, y no se trata de eso,
no se trata de sentirnos el centro del mundo, o de hacer las cosas sin pensar
en los demás, colocando nuestras necesidades por encima de quienes nos rodean.
Se trata de que nuestras decisiones estén orientadas a procurarnos bien a
nosotros, sin perjudicar a nadie más, que nuestras decisiones procuren nuestra
felicidad, que sepamos decir que no, que aprendamos a darnos nuestro lugar, a
respetarnos, a dedicarnos el tiempo que nos merecemos, a sentirnos cómodos en
soledad.
Cuando somos capaces de
amarnos a nosotros mismos, más allá de una palabra, podemos permitirles la
entrada a nuestras vidas a personas que estén alineados con lo que nosotros
sentimos por nosotros, personas que nos amen y nos respeten en concordancia con
lo que nosotros irradiamos.
De qué nos sirve amar
locamente a alguien si a nosotros mismos no podemos ofrecernos bienestar?
Ningún amor hacia una persona, ninguno, debe superar el amor propio, del amor
propio debe derivar todo lo demás… Y resulta que mientras más nos amamos, más
nos aman, más nos quieren cerca, más nos valoran y nos respetan, nuestro
entorno se vuelve más agradable y las oportunidades se abren mágicamente ante
nosotros.
Aprendamos a escuchar
nuestro cuerpo, aprendamos a cuidarnos, a cubrir nuestras necesidades, cada uno
de nosotros es capaz de todo lo que se proponga, siempre y cuando nos
conectemos a nosotros mismos, siempre y cuando mantengamos la mejor relación
con nosotros mismos, que cuidemos y sanemos nuestro niño interno, que nuestra
felicidad no dependa de ninguna persona externa a nosotros o de alguna
situación, que sea nuestro estado interior, que sea nuestra conquista resultado
del autoconocimiento, autovaloración y autoestima.
Nada te abrirá más caminos
en el amor, que el amor propio, esto es como una bomba expansiva, así que
enamórate de ti, de la vida y luego de quien quieras.
En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de
uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir
contigo mismo por la eternidad. ― Facundo Cabral
fuente: el post completo y original lo puedes consultar en rincondeltibet
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