Empezaremos proponiéndote
una pequeña reflexión… ¿Qué es lo crees que te mereces a día de hoy? Puede que
hayas pensado en un descanso. En permitirte que el tiempo discurra un poco más
despacio para poder así, apreciar todo lo que te rodea. Disfrutar del “aquí y
ahora”, sin estrés, sin ansiedad.
Es posible que hayas pensado
también “que mereces alguien que te quiera”, que te reconozcan un poco más.
Sueles esforzarte mucho por los demás y no siempre ven todo aquello a lo que
has llegado a renunciar.
Todos, en nuestro interior,
sabemos qué es lo que merecemos. No obstante, el reconocerlo es algo que a
veces nos cuesta porque pensamos que puede llegar a ser una actitud egoísta.
¿Cómo decir en voz alta
cosas como “necesito que me quieran”, “merezco ser respetado/a”, “merezco tener
libertad y tener las riendas de mi vida”? En realidad, basta con decírnoslo a
nosotros mismos.
No debemos equivocarnos,
porque priorizarnos un poco más no es una actitud egoísta, es una necesidad
vital, es poder crecer interiormente para ser felices. Te invitamos a
reflexionar con nosotros.
Cuando eres consciente de lo que mereces, y por fin,
te lo concedes, y aprendes a priorizarte un poco más a ti mismo, llegará lo que
necesitas en realidad. No es magia, ni es el universo tejiendo sus leyes de
atracción. Es nuestra propia voluntad para ser felices, para tomar las riendas
de nuestra vida…
Las actitudes
limitantes
Muchos de nosotros solemos
desarrollar a lo largo de nuestra vida muchas actitudes limitantes. Son
creencias en ocasiones inculcadas durante nuestra infancia, o incluso
desarrolladas posteriormente en base a determinadas experiencias. Son esos
pensamientos expresados en frases como “no valgo para nada”, “yo no soy capaz
de hacer eso, fracasaré”, “¿Para qué intentarlo si siempre me salen las cosas
mal?”…
Una infancia complicada con
unos progenitores que nunca nos dieron seguridad, o incluso relaciones
afectivas basadas en la manipulación emocional, suelen limitarnos casi de un
modo determinante. Nos volvemos frágiles por dentro y vamos poco a poco,
deshilachando nuestra autoestima.
Reestructura tus creencias.
Tú eres más que tus experiencias, no eres quien te hizo daño o quien alzó muros
para privarte de tu libertad. Mereces avanzar, mereces leer en tu interior y
reconocer tu valía, tu capacidad para ser “apto” en la vida y sobre todo,
feliz…
Lo que mereces, lo
que necesitas.
Lo que merecemos y lo que
necesitamos está tan unido como el eslabón de una cadena. Te pondremos un
ejemplo: “Necesito a alguien que me quiera”. Es un deseo común. No obstante,
empezaremos cambiando la palabra “NECESITO”, por “MEREZCO”.
Te mereces a alguien que
sepa leer tus tristezas, alguien que atienda tus palabras, que sepa descifrar
tus miedos y ser el eco de tus risas. ¿Por qué no? Al cambiar la palabra
necesidad por merecer, eliminamos ese vínculo de apego tóxico que en ocasiones,
desarrollamos en nuestras relaciones afectivas.
Si necesitamos algo para ser felices nos volvemos
cautivos de nuestras propias emociones.
Empieza por ti mismo/a. Sé
tú la persona que quisieras tener a tu lado… La que merece caminar los pasos de
tu vida. Al final, llegará alguien que se reflejará en ti. No obstante, empieza
también con estas importantes dimensiones:
-Libérate de tus miedos.
-Disfruta de tu soledad,
aprende a leer en tu interior, a empatizar más contigo a la vez que con los
demás.
-Cultiva tu crecimiento
personal, disfruta de tu presente, de lo que eres y de cómo eres.
-Aprende a ser feliz con
humildad, desactivando el ego, madurando emocionalmente.
En cuanto te des a ti mismo todo aquello que mereces,
convirtiéndote en la mejor versión de ti, llegará lo
que necesitas.
Priorizarse a uno
mismo no es ser egoísta
Muchas
veces seguimos siendo prisioneros de esos pensamientos limitantes explicados
al inicio. Hay quien encuentra su felicidad dándolo todo por los demás:
cuidando, atendiendo, renunciando a ciertas cosas por los demás. Es posible que
nos educaran así. Ahora bien, siempre llega un momento en que hacemos balance y
algo falla. Aparece el vacío, la frustración, el dolor emocional…
Como
todo en esta vida, existe la armonía, la conjunción de tu espacio y mi espacio,
de tus necesidades. y nuestras necesidades. La vida en familia,
en pareja o en cualquier contexto social, debe construirse mediante un adecuado
equilibrio donde todos ganen y nadie pierda.
En el
momento que hay pérdidas, dejamos de tener el control de nuestra vida,
dejamos de ser protagonistas para convertirnos en actores secundarios.
Reflexiona durante un instante
en estas breves ideas:
-Merezco un día de descanso,
para mi mismo, en soledad. Esto me ofrecerá lo que necesito: pensar, liberarme
del estrés y relativizar las cosas.
-Merezco ser feliz, tal vez
sea el momento de “dejar ir” determinadas personas, o aspectos de mi vida. Ello
me permitirá conseguir lo que necesito: una nueva oportunidad.
Todos merecemos dejar de ser
cautivos del sufrimiento, de nuestras propias actitudes limitantes. Abre los
ojos a tu interior, descifra tus necesidades, escucha tu voz. En el momento que
te permitas lo que mereces, llegará lo que necesitas.
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