Debemos cultivar la humildad
y aprender que nadie es más que nadie. Empieza a apreciar a los demás por
quienes son y no por sus apariencias.
¿Existe una máxima que
debería ser la base de las acciones que uno toma a lo largo de su vida?
Seguramente es la máxima de
la compasión: no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti.
Confucio
Cada uno recoge lo que siembra.
Si siembras trabajo, recogerás éxitos. Si siembras amor, recogerás felicidad.
Si siembras vientos, recogerás tempestades. En definitiva, que si quieres que
algo ocurra, predisponlo todo para que suceda.
Prepáralo, pero hazlo
adecuadamente. Escúchate y escucha a tu entorno. Tampoco busques imposibles ni
venganzas, ya que eso solo atrae al fracaso y a la frustración.
Valora lo que tienes, supera
lo que te duele y lucha por lo que quieres
Si quieres conocer el
pasado, entonces mira tu presente, que es el resultado. Si quieres conocer tu
futuro, mira tu presente, que es la
causa.
Buda
Dicen que la vida es un eco,
que lo que envías y regresa. Dicen que lo que siembras, cosechas. Que lo que
das es lo que obtienes. También se habla de que lo que ves en los demás existe
en ti. En definitiva, como dijo Facundo Cabral, “la vida es el arte del
encuentro”.
La ley de la cosecha
La ley de la cosecha es
cosechar más de lo que se siembra. Siembra un acto y cosecharás un hábito.
Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un
destino.
James Allen
Todo lo que se siembra se
cosecha en mayor cantidad. Nuestras semillas se hacen más voluminosas en su
transformación y se convierten en algo diferente; es decir, crecen y se
desarrollan.
Obviamente, no se recoge el
mismo día en que se siembra, pero tú eres el responsable de lo que haces antes
y después de la siembra. Este proceso requiere de tiempo.
Eres libre de hacer o no
hacer, de pensar o no pensar, de actuar o no actuar, de decir o no decir, etc.
No le eches la culpa a los demás de lo que te sucede. Eres libre de tus actos,
pero no de sus consecuencias.
Si no te gusta lo que
cosechas, analiza y cambia lo que siembras. No te canses de hacer el bien, ni
dejes de trabajar cuando todo se complica. No crecemos cuando las cosas se
vuelven fáciles, sino que lo hacemos cuando aumentan los desafíos.
Mira bien lo que siembras
Construimos nuestra vida
lentamente y, sin darnos apenas cuenta, estamos caminando por senderos que
hemos ido forjando. Conocemos como la palma de nuestra mano el valor del
esfuerzo, del sacrificio y de la voluntad.
Sabemos que es el camino del
éxito pero, sin embargo, lo descuidamos con facilidad.
Cosechar éxitos no siempre
es dulce. El proceso hasta el éxito puede ser amargo, pues requiere de gran
cantidad de sacrificio y de autocontrol. Sin embargo, cuando comenzamos a
cambiar, a hacer cosas diferentes, comenzamos a alcanzar logros.
Lo mismo ocurre con la
obtención de la felicidad. Hace falta plantar sonrisas y actos de bondad en
semillas, tratarnos y tratar a los demás con buena voluntad. Actuar de la
manera contraria solo atrae sentimientos destructivos.
Se dice que la amistad hay
que mimarla, al igual que el amor, y que quien siembra la verdad, cosecha la
confianza. También se dice que hace falta poco para destruirla; de hecho, tan
solo hace falta un segundo para acabar con lo que nos ha llevado años
conseguir.
Por eso, también tenemos que
hablar de que podemos sembrar semillas que destruyan al resto de cosechas.
Además, solemos hacerlo con frecuencia, arruinando gran parte de lo que
habíamos conseguido con nuestro trabajo.
No te olvides nunca de que
quien siembra vientos, cosechará tempestades.
Por esta razón, es necesario
que reconozcamos lo negativo para dejarlo a un lado. Recuerda que si siembras
negatividad, recogerás desgracias. Y, como apuntó Jean de la Fontaine: “La
mayor desgracia es merecer la desgracia”.
No te olvides de que quien
siembra prepotencia, recoge indiferencia. Piensa que nadie es más que nadie,
cultiva el valor de la humildad y aprecia a los demás por quienes son y no por
sus apariencias.
No pidas más de lo que
puedes dar y no permitas recibir menos de lo que crees merecer. Evita las
exigencias, pues conducen a reproches. Vive de tal modo que nada de lo que
hagas deba merecer el reproche o la condena de quienes te rodean.
Desarrolla tus fortalezas
Solo puedes crecer si estás
dispuesto a sentirte incómodo durante un tiempo. Invierte en tus fortalezas,
busca la manera de potenciar tus habilidades y tus conocimientos.
Crea una burbuja de
bienestar emocional, pero una burbuja a la que le guste moverse por el mundo.
Te damos algunas pautas para hacerlo:
#Como veníamos diciendo, las
cosas buenas no suceden porque sí. Suceden porque las atraemos y lo disponemos
todo para conseguirlo. En definitiva, nuestra vida puede cambiar si vamos hacia
la montaña en vez de esperar a que la montaña venga hacia nosotros.
#Cuando empieces a ir en
busca de tus sueños, no te olvides de que no hay fórmulas mágicas y que nadie
puede darte las claves de tu éxito, pues anhelos, deseos y esperanzas hay
tantos como personas en el mundo. Busca dentro de ti.
#Sea por falta de tiempo, de
ganas, de dinero, de autoconocimiento o de espíritu, es posible que nunca hayas
potenciado tus fortalezas. De hecho, puede que, incluso, desconozcas cuáles son
o de qué forma puedes desarrollarlas. Párate a experimentar lo que sientes y lo
que piensas.
#Pregúntate qué te define y
busca información al respecto. Hoy en día tenemos multitud de herramientas a
nuestro alcance que nos pueden dar pistas sobre la manera de explotarnos. Por
eso, recuerda siempre que tú eres único y excepcional. Busca tu identidad, no
pierdas tu esencia e impide que sigan saliendo fotocopias de la máquina del
calendario.
En realidad, por raro que
parezca, la única forma de alcanzar nuestros sueños es ponerles fecha de caducidad. Si estamos seguros de que
las posibilidades que nos ofrece la vida van a vencer de un momento a otro,
cargaremos nuestras pilas para alcanzar nuestros objetivos.
No te olvides de que
recogemos lo que sembramos, así que no pierdas el tiempo y deja que el sol de
tu vida ayude a crecer a tus semillas. Sal de tu zona de confort.
Fuente: el post completo y original lo puedes encontrar en mejorconsalud
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